Epílogo

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Jimin se colocó su mochila y tomó su móvil revisando por última vez el chat con Yoongi. Soltó un suspiro resignado y lo volvió a bloquear antes de guardarlo en el bolsillo de su chaqueta, haciendo un puchero al no atreverse a enviarle un mensaje a su Hyung para disculparse.

Realmente odiaba discutir con Yoongi.

—Gracias por todo —anuncio Jimin en forma de despedida en general a el personal presente.

—Gracias por trabajar con nosotros Jimin —sonrió el director—. Por cierto, las fotos de la sesión anterior saldrán mañana —palmeó suavemente el hombro del menor—. Ahora, ve y disfruta tu día.

El ahora rubio le brindó su mejor sonrisa y asintió con su cabeza, se despidió por última vez del personal y se retiró de las instalaciones.

Afuera, en el estacionamiento, su pareja le esperaba recargado en el costado de su auto. Una sonrisa sexy se asomó en los labios de Yoongi cuando lo observó.

Mordiendo su labio inferior nervioso, el menor se acercó lentamente a su pareja.

—Mi lindo Mochi ya está aquí —saludo Yoongi cuando el rubio estuvo frente a él. Jimin sonrió suave y contempló el suelo, sin saber qué decir primero para disculparse.

El mayor tomó las manos regordetas y pequeñas de su pareja y entrelazó sus dedos tirando del menor más cerca, cuando Jimin alzó su cabeza juntó sus labios en un beso de disculpa.

—Pensé que no iba a venir por mí —susurró el menor cuando sus rellenos labios se vieron libres, rodeando el cuello de su novio se escondió en el.

Le relajó saber que a pesar de discutir esa mañana, Yoongi estaba actuando igual de cariñoso que siempre, no quería pasar su cumpleaños enojado con su pareja. Eso era triste.

—Termine antes de lo esperado por lo que llamé para cancelarle a Taehyung, el cual obviamente se quejó porque ya no iba a venir por ti —contestó casi con una sonrisa infantil que se transformó en una ligera mueca.

Jimin salió de su escondite por el repentino silencio.

—Yo... Lo siento —pronunció finalmente Min, recargando su frente en la del menor—. No debí de gritarte por algo como eso, tenías razón —murmuró culpable.

—Hyung, no... Fue mi culpa también —susurro recordando la discusión que tuvieron esa mañana.

Todo por un tonto horario. Jimin se había deprimido y enojado cuando se enteró que mañana, que era justamente su cumpleaños, su pareja parecía tener que trabajar hasta tarde.

El menor realmente le había molestado ya que en su cumpleaños anterior, Yoongi le había hecho lo mismo y había prometido pasarlo juntos este año.

Se sintió... Decepcionado, y todavía seguía algo triste por eso.

—No bebé, solo es mi culpa —el rubio negó antes de volver a esconderse en el cuello del pelinegro.

—Está bien, es trabajo y no hay nada que hacer —susurró en tono tan bajo y triste que tocó al pelinegro.

Yoongi hizo una mueca culpable ante ello, pero sabía que lo podía arreglar.

—Te tengo una sorpresa.

—Me la puede dar mañana en la noche, porque... Va a llegar a dormir ¿no? —pregunto alejándose.

—Claro que sí, pero no es solo eso —sonríe.

El menor arqueó una ceja, visiblemente más interesado—. ¿No?

—¿Qué piensas de ir a Busan? —pregunta como si no fuera la gran cosa, ignorando la mirada confundida de su pareja.

KumamonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora