Kuma 45

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—¿Jiminnie? —pregunto suavemente el mayor, golpeando la puerta frente a él.

El menor remojo por última vez su rostro y tomó la toalla azul a su costado izquierdo, secando con cuidado su rostro.

—Tú puedes Jimin, ahuyenta esos malos pensamientos —susurro observándose en su reflejo del espejo, la determinación seguía presente en sus verdes ojitos—. Yoongi hyung ya dijo que todo estaba bien.

Pero su susurro llegó a oídos del mayor, comprobando que en verdad tenía que hablar con el menor. A veces hablar con un amigo sobre su problema ayudaba más que hablarlo con un psicólogo.

Cuando la puerta fue abierta, Jin tomó la pequeña mano de su amigo y lo arrastró abriendo la primera puerta que apareció frente a él, resultando ser la habitación de Yoongi.

Se sentó en la cama y obligó al castaño claro sentarse a su lado. Acomodándolo para observarse frente a frente.

—Dime Minnie, cuéntame de lo que te molesta, sin importar lo tonto que pueda sonar —exigió en un tono suave y delicado, sumando una dulce sonrisa para que el menor confiara en él.

Jimin observó a su amigo, apretó sus labios y luego mordió el inferior al sentir que podía temblar en cualquier momento, en su garganta nació de la nada una angustia que se quedó ahí, como un nudo que no quería bajar.

Respiro profundamente, ignoro con fuerza aquella voz que le tiraba hacia abajo, degradandolo y ordenando que no dijera nada.

Con paciencia, Jin espero, tomando de nuevo la mano del menor mientras la acariciaba en un silencioso apoyo.

—Hace unos días leí uno de los artículos que escribieron de Hyung y su nueva relación —comenzó a contar—, me puse muy triste al ver como algunos no les gustó y enseguida pusieron comentarios muy feos que no quiero repetir.

El mayor asintió con su cabeza, esperando a que siguiera.

—Yoongi hyung llegó, me dijo de la reunión y leyó lo mismo que yo. Me explicó que todo estaba bien y que no tenía nada de qué preocuparme respecto a su trabajo, me dijo que ignorara los malos comentarios porque siempre iba a haber más de alguno pero también me mostró unos muy lindos. Hyung se está esforzando tanto para que lo nuestro funcione que yo también quiero hacerlo.

Suspiro y aprecio la pequeña sonrisa que le dio Jin. Hablarlo realmente le estaba ayudando más que guardárselo.

—Hoy hable con mi psicólogo, le dije que ya quería salir de todo esto y le conte todo. Estaba bien, en serio pero... —tuerce su boca en una dulce mueca.

—Pero... —instó el mayor a seguir.

—Aún... Yo aún tengo miedo de que por mi culpa el trabajo de Hyung se vea afectado, y con lo que dijo Namjoon hyung ahora... Me volví a preocupar —murmura cabizbajo.

—Es bueno que ahora si hables de tus problemas Minnie, ya estas avanzando ¿Ves? —ánimo atrayendo la atención del menor—. Primero, aunque no quieras recordar, tú sabes como son las personas cuando uno es famoso, pueden ser muy irritantes y siempre habrá uno que otro que con sus comentarios te harán sentir mal pero, no hay que preocuparse por aquellas personas sin vidas, porque así como hay malas personas, hay buenas que siempre se preocuparan por ti a pesar de no poder conocerte en persona.

Aquello sacó una pequeña sonrisa en el menor, recordaba aquello.

—Segundo, ambos sabemos como es Min Yoongi, alias ogro —añadió logrando que Jimin le observara mal pero sin poder retener una pequeña risa ante el tono que empleo Jin—. Si la empresa en la que está ahora decide despedirlo, ¿Crees que a el le importará con la personalidad tan... El que tiene?

KumamonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora