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E I G H T !

( ᴅᴏɴᴛ ᴜɴᴅᴇʀᴇꜱᴛɪᴍᴀᴛᴇ ᴛʜᴇ ᴛʜɪɴɢꜱ ᴛʜᴀᴛ ɪ ᴡᴏᴜʟᴅ ᴅᴏ )

( ᴅᴏɴᴛ ᴜɴᴅᴇʀᴇꜱᴛɪᴍᴀᴛᴇ ᴛʜᴇ ᴛʜɪɴɢꜱ ᴛʜᴀᴛ ɪ ᴡᴏᴜʟᴅ ᴅᴏ )

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Desperté con lentitud, abriendo mis ojos con perezosos pestañeos. Fruncí el ceño al ver que no era el techo de mi casa y me levante bruscamente. Mi ceño y yo nos relajamos al ver la habitación en donde estaba y con eso recordar en donde estaba. Con eso vinieron los agrios recuerdos de ayer. Mierda, que día. Sin pensar mucho me levante de la cama y camine hacia la ventana, a pesar de que Daniel me había dicho que me alejara.

Abrí la cortina descolorida por el sol que parecía haber sido azul marino y mire hacia afuera. El jardín trasero de la casa es lo que se lograba ver. Lleno de arbustos secos que parecían habe sido de rosas. También había una fuente de piedra con un niño desnudo de cabello rizado que escupía agua, le faltaba un brazo y un cuarto de la cabeza y el agua que tiraba estaba verde y llena de hojas. Todo el jardín estaba en abandono, lleno de hojas secas y plantas muertas. La casa tampoco la note tan limpia, pero al no estar en la intemperie no se había deteriorado tanto.

Supuse que la casa no la usaban mucho.

Me sobresalté al oír a alguien tocar la puerta y mire a esta. Camine hacia allí y abrir la puerta de madera de roble obscura.

Una Jenna sonriente estaba tras esta. Al verme sonrío. Intenté sonreír pero no pude y me di por vencida. Llevaba una bolsa con cosas en su mano. Llevaba unos jeans rasgados de mezclilla negra y una camiseta de Artic Monkeys fajada y con las mangas enrolladas.

-Buenos días- saludo.

-Hola- murmuré. Ella me tendió la ropa y la mire con duda.

-Es la ropa que encontré. Tienes suerte que seamos de la misma talla- dijo la castaña con una sonrisa ladina en su rostro. Volví a intentar sonreír y para mi sorpresa, esa vez lo había logrado.

-Gracias Jenna- agradecí con una sonrisa pequeña.

-No es nada- la muchacha dijo con un gesto de restarle importancia ¿cómo alguien tan amable podía ser amiga de Daniel? -Vístete pronto, tenemos que irnos de aquí pronto-

Deduje que si nos iríamos pronto sería por qué nos encontraría quien nos estuviese buscando y nos mataría.

Asentí y ella se marchó . Yo cerré la puerta con la bolsa de ropa en mano y la vacíe en la cama de sabanas rojas que estaba desecha y desordenada.

Analicé la ropa que había sacado. Unos jeans ajustados de mezclilla, una camiseta blanca básica que era algo grande, unos converse rojos y una chaqueta de algodón con gorro del mismo color. Sonreí de lado al notar el amable echo de que había agradado unos calcetines negros a todo, que amable.

Me vestí rápidamente a excepción de la chaqueta, la cual me amarre a la cintura.

Camine hacia la esquina de la habitación, donde había un espejo con bordes de madera y me mire en el.

𝐛𝐚𝐝 | 𝐝𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐚𝐯𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora