ˏˋ°•*⁀➷ || ❝𝐡𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧❞
──── Daniel es el hijo de un vendedor de droga, Maya es empleada en su mansión.
Daniel a veces preferiría no ser hijo de su padre y Maya desearía no tener que trabajar para las bestias de los Seavey. M...
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( ᴍᴀʏʙᴇ ɪꜰ ɪ ᴅᴏɴ'ᴛ ᴄʀʏ, ɪ ᴡᴏɴ'ᴛ ꜰᴇᴇʟ ᴀɴʏᴍᴏʀᴇ )
Supe que las cosas se habían puesto extremas cuando desperté con un dolor punzante en mi cabeza acostada en el centro de la mesa de billar y supe que había cometido una estupidez cuando el primer recuerdo de anoche cruzó mi cabeza, porque había besado a Daniel. Mierda; se suponía que el tequila era para algo más que solo ardor de garganta y dolor de cabeza, era para olvidar lo sucedido. Porque eso era lo divertido de emborracharte: hacer mil estupideces y despertar con una terrible resaca y ningún recuerdo de tus acciones. Pero yo tenía mala suerte y eso estaba más que claro.
Me senté de golpe sobre la mesa, provocando un dolor de cabeza que me dejó mareada por unos segundos. Toqué mi frente con mi palma intentando detener el dolor y una vez que se marchó me enfoqué en ver mi entorno. Lo primero que mis ojos pudieron encontrar fue el cuerpo de Jack sin camisa en el suelo, se veía muerto y esperaba que no lo estuviera.; luego divisé a Dalia sentada en el sillón abrazada de Jonah, quien por alguna razón no llevaba camisa y se encontraba lleno de marcas de besos en labial rosa, y ese labial rosa era de Dalia, porque nadie más presente anoche llevaba semejante color.
Al no encontrar a otra persona o a al menos alguien despierto, me decidí por bajar de la mesa lentamente por que para ser honestos, no quería despertar a nadie.
Al pisar el suelo acomodé mi vestido para intentar que aumentara su largo y acomodé mi cabello para no lucir como una vagabunda, por qué sabía que a esa hora ya habría alguien despierto en la casa.
Abrí las puertas y miré para los lados, corriendo hacia mi habitación al darme cuenta que los iluminados pasillos se encontraban vacíos.
-No me interesa Daniel- la voz de la rubia me sobresaltó cuando cerré la puerta de mi habitación. Miré a todas partes con la intención de encontrarle y bufé cuando la encontré sentada en el suelo al lado de la ventana.
-¿Puede la gente dejar de entrar a mi habitación?- mencioné. Anastassia sonrió de lado y se levantó, sacudiendo sus pantalones de mezclilla.
-Te quiero contar de Daniel, ahora que sé qué te importa- sentándose en la cama dijo. Rodé los ojos y crucé mis brazos.
-No me importa, ya te lo dije- me acerqué a ella, quien ante mi respuesta negó con la cabeza mostrándome una sonrisa.
-Te importó anoche.
-No...es decir, me insultó y solo por eso lo hice- le expliqué refiriéndome al beso.
-¿Lo ves? Te importó su opinión- Anastassia dijo. Abrí la boca para contestar pero a medio camino me di cuenta que no tenía ningún argumento valido para contestar aquello, porque era verdad. Me sorprendida como la rubia podía ser tan lista y siempre saber que responder.
