ˏˋ°•*⁀➷ || ❝𝐡𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧❞
──── Daniel es el hijo de un vendedor de droga, Maya es empleada en su mansión.
Daniel a veces preferiría no ser hijo de su padre y Maya desearía no tener que trabajar para las bestias de los Seavey. M...
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- ¿Quieres emborracharte?-
-¿Qué?- pregunté con una mueca de confusión. Era una de las preguntas más raras que alguna vez me hayan hecho; y no por la pregunta en sí, era por la situación.
-Como escuchaste: Alcohol- soltó una risa y se acercó a mí con paso ligero.
-Como... ¿Ahora mismo?-
-¡Qué sí!- gruñó con gracia a la vez que tomó mi mano. La miré como si fuese un alienígena.
-No puedo salir- me excusé.
-No saldremos, iremos al salón- respondió apretando mi mano y poniendo su mejor cara de súplica para que la acompañara. ¿Por qué quería que yo lo acompañara? -No pareces la clase de chica que se negaría a mi oferta-
La verdad era que moría por emborracharme, mas no en esta casa y menos en esta situación. Nada me inspiraba a querer vomitar por el exceso de alcohol en mi cuerpo.
-Muero por hacerlo, pero no lo haré en esta casa- respondí.
-No parece que te importa el respeto hacia nadie en esta casa- alzó una ceja.
Y esas fueron las palabras que me rompieron. Jenna tenía absolutamente toda la razón y no lo podía negar. No había nadie en esta casa a quien le tuviera un gramo de respeto, a excepción de Jenna y Anastassia. Ni siquiera a Corbyn.
-No me importa- reafirmé causando una sonrisa de emoción en los labios maquillados de rojo de la morena -Pero no puedo salir vestida así-
-¡No importa!- me levantó de la cama con un jalón y empezó a arrastrarme hacia afuera.
-No quiero que nadie me vea así, de verdad- reclamé mientas oponía fuerza en la morena para quedarme en mi habitación a ser miserable.
-Nadie te verá, Maya. Solo seremos tú y yo- y con esas palabras dejé de oponer fuerzas ante la chica. Era lo suficientemente convincente, a pesar de mi fala de emoción por embriagarme. Así que la chica comenzó a jalarme por el pasillo hacia el lugar -Y los demás-
-¿Qué?-
Los demás. ¿Era una jodida broma? Resultó ser que, si, éramos Jenna y yo...y los demás. Y los demás eran prácticamente todos. Y todos eran Dalia, Corbyn, Anastassia, Jonah, Jack y Daniel.
Así que me encontraba en la entrada del salón de juegos (que también funcionaba como biblioteca), casi desnuda y descalza bajo la mirada de seis personas a las que casi desconocía completamente.
-¡Listo! Estamos todos- festejó Jenna. Podía jurar que ya estaba algo ebria por su actitud.
Luego me jaló de la muñeca nuevamente para acercarme a los demás, quienes no me quitaban un ojo de encima, y me hizo que me sentara en el suelo, donde todos ya se encontraban sentados en círculo.
