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F O U R T Y F I V E !

『 in another love 』

El día siguiente, después de que Daniel y yo pasáramos la noche juntos, me desperté sola en la cama, con el estómago vacío pero con el corazón lleno de felicidad con los recuerdos de la encantadora noche anterior

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El día siguiente, después de que Daniel y yo pasáramos la noche juntos, me desperté sola en la cama, con el estómago vacío pero con el corazón lleno de felicidad con los recuerdos de la encantadora noche anterior. Pude haber sonreído en cuanto fui consiente, pero la razón por la que desperté me lo impidió.

Porque lo que en realidad me hizo abrir los ojos esa tarde fueron los gritos provenientes de otra habitación. Las paredes debían ser muy delgadas, aunque no lo suficiente como para escuchar todo con claridad. Aun así, reconocí a dos personas discutiendo, dos voces, ambas masculinas y una más grave que la otra. De igual manera, una más alterada. Pero no había nadie más en la casa más que Daniel y su padre. Y esas eran sus voces.

Aun atontada por mi sueño, intenté acercar mi oreja a la pared en un fallido intento de escuchar sus palabras. Solo eran gritos, pero para mi mente no lograban tener ningún sentido. Me tallé los ojos, pensando que si lo hacía lograría despertar por completo y las palabras tendrían más coherencia.

Sorprendentemente lo hicieron.

-¡No sabes nada! ¡Deja de abrir tu puta boca! -ese fue Daniel, lo supe de inmediato.

-¡Tú eres el que no sabe nada! ¿De verdad vas a arruinar tu vida y la de otra persona? Eres tan egoísta, Daniel -esta vez escuché la voz débil, aun así enojada, de James, su padre. Y a pesar de que lo que decían sonaba coherente, no tenía sentido para mí. ¿De que hablaban?

-¡Solo aléjate de mi vida! -Daniel volvió a decir.

Se mantuvo en silencio por unos momentos, me parecieron tan largos que di su riña terminada. Y tuve razón, porque después escuché como alguien estampaba la puerta con mucha fuerza y sentí las paredes de madera retumbar por tal acción. Luego patearon algo, luego más cosas, luego las paredes. Ese era Daniel, James no podía siquiera levantase de cama y yo esperaba, por más sádico que sonara, que muriera pronto. Tal vez así todo esto (no sabía que era un "todo eso") podría acabar y dejaríamos de estar atrapados en una casa en medio de la nada.

Escuché un gruñido que me hizo saltar de la cama. Me había asustado un poco, pero aun así me sentí lo suficiente valiente como para ir a ver que le pesaba a mi chico.

Tenía los pies descalzos, por lo tanto en cuanto mis pies tocaron el piso helado la piel se me erizo y el frio congelante me recorrió las piernas. De todas maneras seguí mi camino y salí de la habitación, abriendo la puerta y encontrándome con Daniel haciendo un berrinche de pura ira en medio. Mi corazón tembló al ver eso y por un momento tuve miedo, tal vez debía retroceder y esperar a que se calmase.

Pero no pude pensar ni hacer nada más, porque se dio cuenta de que estaba presente y me dio una mirada. Vi sus ojos, estaban cristalizados y por la expresión que mantenía sabía que estaba intentando no llorar con demasiado fuerza. Quise hablar, pero no pude; nada salía de mis labios.

𝐛𝐚𝐝 | 𝐝𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐚𝐯𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora