40; you choose the worst moments to say your shit

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F O U R T Y !

Nothing lasts forever
But wouldn't it be nice to stay together for the night?

『 Nothing lasts forever But wouldn't it be nice to stay together for the night?』

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Las drogas son lo máximo, son divertidas y le dan colores graciosos a todo... eso hasta que el efecto decae y también lo haces tú. Te comienzas a sentir como la mierda y como si hubieses envejecido treinta años en menos de veinticuatro horas. También sientes que te quieres morir y como si tu vida no tuviese sentido (aunque yo no necesitaba consumir sustancias nocivas para sentirme de esa manera)

Pero como aun no tenía los efectos secundarios y el polvo de ángel y la hierba aun hacían que la música sonara alejada y el techo de la sala explotara en colores, no me preocupaba tanto acerca de cómo no me iba a poder mover en unas cuantas horas.

Era gracioso, en ese estado todo lo era. Sentía como si no pudiese mover un musculo y me gustaba esa sensación. Toda parecía moverse a un ritmo regular y sentía como me hundía poco a poco en el sofá de cuero falso negro. Comencé a reírme, se sentía divertido. Era como estar en una montaña rusa de sensaciones extrañas que nunca había experimentado pero tampoco quería dejar de hacerlo.

Giré la cabeza a mi derecha, el chico mi lado, de gafas y cabello pelirrojo estaba justo como yo, pasando el mejor momento de su vida.

-Esto es genial, Tyler -le dije. Hasta mi voz sonaba muy gracioso. De hecho, no sabía si se llamaba Tyler, solo lo había llamado así porque fue el primer nombre que apareció en mí nublada mente. Pero a Tyler no pareció importarle, porque solo asintió con una risa y siguió en su viaja. Buen Tyler.

En el auge de mi viaje maravilloso, escuché la puerta corrediza abrirse de golpe. Lo ignoré por completo, no quería ser interrumpida en el momento más psicodélico de mi existencia entera.

-Ahí estas -todo se escuchaba tan lejano y como si estuviese sumergido debajo del agua.

Después, unas manos se posaron en mis hombros y me hicieron sentarme recta. Solté un quejido arrastrando las letras.

-¿Maya? -una voz, familiar pero en ese momento no lo suficiente, me llamó. Sonaba tan placentero y divertido a la vez que no pude evitar soltar una risotada.

-Yo soy Maya -afirmé, asintiendo con la cabeza. Luego lo miré, se parecía a Daniel, pero solo que más feo. Su piel parecía emanar un destello violeta y sus ojos se veían azul cian. Me quedé perpleja, se veía genial. Solté un "wow" ante los ojos brillantes del chico.

-Sí, mierda, ya lo sé -el chico me dijo, estaba enojado, eso lo podía notar por la manera en que me dirigía la palabra. También me analizaba con atención, como buscándome un defecto.

-¿Quién eres? -cuestioné, acercando mi mano a su rostro para tocar la piel brillante del muchacho. Antes de llegar a su cara, me dio un manotazo para detenerme y me dejó con la mano entumecida.

𝐛𝐚𝐝 | 𝐝𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐚𝐯𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora