ˏˋ°•*⁀➷ || ❝𝐡𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧❞
──── Daniel es el hijo de un vendedor de droga, Maya es empleada en su mansión.
Daniel a veces preferiría no ser hijo de su padre y Maya desearía no tener que trabajar para las bestias de los Seavey. M...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
[Capítulo muy largo]
No sabía si era la tensión en el aire o el brazo de Vincent sobre mi cuello, pero sentía que me estaban degollando, cortándome en cuello con un cuchillo muy filoso a la velocidad más lenta imaginable. Probablemente era una mezcla de ambas y yo no sabía cuándo más podía resistir antes de desmayarme. Mi rostro ya debía de estar morado y el mundo ya me estaba comenzando a parecer movedizo, como si mis ojos fuesen una cámara inestable. La peor parte, la que me asustaba más, no era desmayarme; era no saber si despertaría después y de ser así, el no saber en dónde ni con quien estaría, y, honestamente, la incertidumbre me estaba matando aún más que la asfixia
Y cuando creí que ya era todo, que me iba a desmayar a manos de Vincent, Daniel habló en el momento oportuno, volviéndome a salvar el pellejo.
-La estas asfixiando.
La risa que Vincent soltó me pareció lejana, como si estuviésemos en cuartos separados por una pared de madera muy fina; pero no era así, Vincent estaba tan cerca de mí que debía escucharlo claro como el agua, porque incluso sentía su respiración hacerme cosquillas en el cuello cada vez que hablaba. Debía ser la falta de oxígeno la que estaba apagando poco a poco mis sentidos. Creí que no me iba a dejar ir y que tenía la intención de que me desmayara ahí, en sus brazos, pero me terminó soltando, deshaciendo su agarre tan firme sobre mí y dejándome caer al suelo sin ninguna preocupación, como si fuese basura. Ni siquiera pude reaccionar y poner las manos o al menos hacer algún tipo de contrapeso para amortiguar mi caída, el cerebro no me funcionó y terminé golpeando el pavimento con fuerza haciendo que un sonido seco retumbara mis odios y, probablemente, los de los demás por igual.
Y aunque ahora podía respirar, el golpe seco me había dejado tan aturdida que ya no fui capaz de abrir los ojos y un sonido de estática se instaló en mis oídos, haciendo la situación aún más insoportable. Tosí, y aun tendida en el suelo llevé las manos a mi garganta adolorida por esta y todas las veces que Vincent me había ahorcado ya. Tarde unos segundos en recuperar al menos un poco de compostura, la suficiente para atreverme a abrir los ojos e intentar levantarme, y cuando lo hice agradecí que todos seguían en su lugar, todos vivos y sanos.
-Así que el viejo no está aquí -Vincent comentó, más para el que para alguien más. Suspiró y deshizo su pulcra y firme compostura en acto de derrota, arqueando la espalda y bajando la cabeza. Yo sabía que no era una derrota; dios, era Vincent, era más que claro que iba a terminar haciendo algo-, ¿Qué vamos a hacer contigo, pequeño mentiroso Daniel?
Un escalofrió se instaló en la parte baja de mi espalda y fue elevándose hasta llegarme a la nuca. Mi cuerpo dio una pequeña convulsión y tragué con fuerza. Intenté levantarme del suelo pero mi cuerpo estaba tan adolorido que no me fue posible. ¿Por qué, si la caída no había sido tan fuerte? Debía estar muy débil para que una caída como aquella me dejase tan inmóvil, ¿De aquí a cuando me había puesto tan débil? Estaba agotada y estaba consciente de que había llegado a cruzar algunos de mis limites, pero realmente no creía que tantos.
