10; kampouirs house

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T E N !

(ᴡʜʏ ᴀʀᴇ ᴡᴇ ᴀʟᴡᴀʏꜱ ꜱᴛᴜᴄᴋᴇᴅ ʀᴜɴɴɪɴɢ ꜰʀᴏᴍ ᴛʜᴇ ʙᴜʟʟᴇᴛꜱ? )

Daniel movió sus ojos mirando a todas partes, buscando una solución

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Daniel movió sus ojos mirando a todas partes, buscando una solución. Me sentí mal. El no sabía qué hacer así que tal vez moriría.

Se mordió el labio y cerró los ojos con fuerza para volverlos a abrir rápidamente. Sacó el arma completamente de su cinturón y la apunto con fuerza y decisión. Lo supe pues aunque estaba congelada en otra dirección lo podía mirar de reojo. Sentí el sudor frío recorrer mi cuerpo. Comencé a desesperarme, ¿quién no lo haría? Cerré mis ojos por completo y me dije a mí misma que si los volvía a abrir sería un milagro.
-¡Sal de donde quiera que estés!- escuche el frío grito de Daniel. Pero no abrí los ojos.- Sal hijo de perra-
Luego de eso no escuche nada más que pasos corriendo que se desvanecían a lo lejos. No sabía que sucedía, pero no iba a abrir mis ojos.
El toque de una mano en mi hombro hizo que me sobresaltara, pero no abrí los ojos.
-Maya-escuche la voz de Daniel detrás de mí. El era la persona detrás mío. Noté la manera en que su voz cambio. Ya no sonaba ni tan Fría ni tan aterradora. Sonaba cálida como si intentara darme confianza. Abrir los ojos lentamente y solté el aire que estaba guardando.
Intenté calmarme.
¿Cómo mierda iba a poder?
Acababan de intentar matarme otra vez.
Pero intenté calmarme de nuevo.
Creo que lo logre.
Respire hondo e intente verme lo menos asustada y débil posible. Me giré a mirar a Daniel. Me enojo verlo, era su culpa que todo esto pasara. Yo no tenía que estar ahí. Yo tenía que estar en casa. Al verlo ahí parado mirándome y esperando que dijera algo me dieron ganas de golpearlo. No se sentía bonito el estar a punto de morir por tercera vez en dos dias. Aun así, me contuve de asesinarlo a golpes y arruinar su rostro.
-¿Podemos irnos de una puta vez?-solté intentando no soñar tan agresiva. De todas maneras las palabras salieron de mi boca con algo de odio y cinismo. Luego me volteé y comencé a caminar al jodido auto donde las dos chicas estaban ahí mirando por la ventana desde el asiento de atrás.
-Se dice gracias- soltó seco. Cerré los ojos con fuerza y me giré lentamente. El me miraba con las manos en sus bolsillos y una mirada que normalmente me hubiera asustado, pero estaba tan enojada que no pude sentir nada más que eso, nada más que enojo.
-Vete a la mierda,Daniel- le grite y luego gruñí con odio. Camine con rapidez al carro y al entrar cerré la puerta azotándola.
Daniel entro unos segundos después y sin mirar a nadie encendió el auto y comenzó a conducir con más velocidad que antes.

Todo el camino estuve mirando el camino e intentando mantener mi mente en blanco y sin pensar en nada de lo ocurrido por qué sabía que si lo pensaba me enfadaría y le comenzaría a gritar a Daniel. Y no era que le tenía respeto o algo así para no gritarle, era que quería permanecer tranquila por qué me conocía bien y sabía que iba ocasionar un problema si me ponía a gritar.


Una casa, grande y hermosa. En tonos blancos y marmoleados, me recordó mucho a la casa de los Seavey, eran del mismo estilo y ambas eran blanca, sin embargo, esta se veía más cuidada y decorada, a comparación de la de Daniel, que siempre tenía un tono sombrío alrededor de ella, en donde estábamos se sentía un ambiente más relajado y tenía un leve estilo griego en la decoración que se manifestaba en los pilares que sostenían el balcón con barandilla de cristal.

𝐛𝐚𝐝 | 𝐝𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐚𝐯𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora