44; i'm glad i did not die before i met you

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F O U R T Y F O U R !

i think i was blind before i met you

Afuera en la entrada, abracé a Rose con fuerza, estrujándola entre mis brazos y le dije:

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Afuera en la entrada, abracé a Rose con fuerza, estrujándola entre mis brazos y le dije:

-Cuídate mucho, niña.

Ella soltó una risita que hizo su pecho vibrar. Yo era más alta que Rose apenas por unos centímetros.

-Tu eres la que se quedará con Daniel, yo te debería decir eso a ti -se burló. A pesar de que no podía ver su rostro, estaba bastante segura de que mantenía una burlona sonrisa. Rodé los ojos con diversión, no sabiendo si estaba bromeando o no. Por mi propia seguridad y salud mental, decidí pensar que sí.

Nos separamos después de unos segundos, sintiendo el frio contra mi cuerpo en el momento que el suyo ya no estuvo sobre mí. Le muestre una sonrisa y le guiñé el ojo, intentándole dar esperanzas acerca del tema de su matrimonio con Zach. No me dejaba de sonar raro ni pensándolo mil veces.

Luego me despedí de Zach con un abrazo y de Jack de la misma manera, solo que este agregando unas palabras.

-Me da gusto haber sido tu primera vez, pequeña Maya.

Sentí el rubor en mis mejillas, definitivamente no me esperaba su comentario. Aproveché nuestra posición para darle un golpe en la nuca con la palma abierta. Jack gimió de dolor, pero terminó riéndose. Nos separamos del abrazo después de eso.

-Sabía que harías algo así -comentó alzando los hombros, aun sobándose la piel. Le di una sonrisa de autosuficiencia.

Luego llegó el momento de despedirme de Anastassia, quien me extendió los brazos con la gracia y delicadeza que tanto la caracterizaban. Acepté su abrazo y de igual manera la apreté entre los míos. Tenía un fuerte aroma a duraznos que de mezclaba perfectamente con la colonia varonil de Corbyn, haciendo una perfecta combinación placentera de oler.

-Siempre supe que pasaría, desde el día uno -me susurró al oído con delicadeza. Fruncí mi entrecejo, no entendiendo. Era lenta, pero logré comprenderlo después de pensarlo un segundo: yo y Daniel.

Y era verdad, en el momento no lo supe, pero Anastassia Kampouris siempre intentó que me interesara en el. Me contaba su vida, me daba razones con discreción para tenerle compasión y en conclusión ella siempre trató de que lo nuestro se convirtiera en una realidad. Tal vez ella ciertamente tenía la culpa de alguna manera y yo jamás me imaginé que en realidad tuviese razón. A veces pensaba que tenía poderes psíquicos, y a ser honesta me daba miedo.

-¿Tienes una bola de cristal o algo así? -le pregunté cuando nos separamos, ella tomó mis manos y las apretó, pasándome su calor. Se rio por mi comentario y luego negó.

-Solo lo supe.

Y ya no dijo nada, en su vez se movió y dio paso a que me despidiese de la persona que menos deseaba. Corbyn estaba parado frente a mí, con una sonrisa deprimida ladina y los ojos trises. Tan solo verlo me hizo sentir igual y estoy segura de que copié su expresión facial. En parte por la pelea, en parte porque se iba.

𝐛𝐚𝐝 | 𝐝𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐚𝐯𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora