36; finish what you started

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T H I R H Y S I X ! P A R T T W O


『 i swear in my life that I've been a good girl, tonight i don't want to be her 』

『 i swear in my life that I've been a good girl, tonight i don't want to be her  』

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Acto siguiente, el molesto chico emprendió camino y comenzó a correr en línea recta hacia el bosque, saltando algunas piedras que se metían en su camino, haciendo que su cabello fino y sedoso revoloteara con el aire.

Luego me di cuenta que me había quedado viendo, dejando a mí -atractiva- presa huir. Así que rápidamente comencé a mover mis piernas, corriendo. Mentiría si dijera que la herida de bala, que se suponía ya estaba sana, no dolía mucho al correr.

Me encontré a Daniel unos segundos después. Por un momento creí que lo alcanzaba y estiré mi brazo lista para tomarlo de la ropa cuando estuviese lo suficientemente cerca, pero era obvio que él era mucho más rápido que yo y cuando me vio acercándome aceleró su paso. Tal vez era más pesado, pero sus piernas eran más largas, seguro tenía mucha mejor condición física que yo y no tenía putos pulmones de fumador; porque cuando quise volver a alcanzarlo, mis órganos respiratorios ya no dieron más de sí. Quise correr más, convenciéndome que podía alcanzarlo, porque era más pequeña y ligera que él, y por lo mismo, ágil. Pero no podía respirar, por primera vez maldije el hecho de haber fumado tanto.

Así que me tomó alrededor de un minuto recuperar, un poco, el aliento. Pero al menos, lo suficiente para encontrar a Daniel. Comencé a correr de nuevo, solo que esta vez intentando mantener la respiración un poco más y a paso más lento.

Pronto, di con él. Estaba parado, no se movía, solo miraba a los lados, probablemente en mi búsqueda. Supe que era mi momento de brillar y de atacar.

Así que intente ser lo más silenciosa que me fuera posible y me acerqué a paso lento al alto castaño. Su cabello se encontraba tan revuelto que me daba ansiedad y deseaba en ir a peinarlo, pero por otra parte, se veía muy guapo bajo la sombra de los arboles causada por el sol matutino. Más que lo normal. Mierda, me estaba acostumbrando a pensar eso de él cada vez que hacia cualquier cosa. Luego recordé que estaba en medio de algo y volví a la realidad.

No esperé más tiempo, porque si se lo daba, se iba a dar cuenta de que estaba allí, justo detrás de él. Y luego, no sé cómo, tomé fuerza suficiente para empujarlo. Su rostro cambio a uno de sorpresa cuando comenzó a tropezar y yo no pude hacer nada más que poner la mayor sonrisa de satisfacción de mi vida mientras el ojiazul terminaba su trayecto de tropezones chocando con un árbol. Solté un par de carcajadas y me acerqué a él, que aún estaba confundido por mi repentino ataqué.

Me apresuré a acorralarlo contra el mismo árbol, poniendo mis brazos alrededor de su cabeza y viéndome obligada a mirar hacia arriba para encontrar sus ojos. El solo pareció sobresaltado, pero pronto sonrió de lado.

𝐛𝐚𝐝 | 𝐝𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐚𝐯𝐞𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora