ˏˋ°•*⁀➷ || ❝𝐡𝐞 𝐰𝐚𝐬 𝐚 𝐛𝐚𝐝 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧❞
──── Daniel es el hijo de un vendedor de droga, Maya es empleada en su mansión.
Daniel a veces preferiría no ser hijo de su padre y Maya desearía no tener que trabajar para las bestias de los Seavey. M...
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Jenna me despertó esa última mañana. Sacudió mis hombros con delicadeza, como si me fuese a romper, y susurró mi nombre en mi odio varias veces. Abrí los ojos con lentitud, enfocando la imagen como una cámara y luego la pude ver sentada a la orilla de la cama mirándome sin expresión en el rostro, pero con mucha atención. Tuve que parpadear tres veces antes de recordar todo y de sentir el aire salir de mi garganta. Le despegué la miraba para llevarla a mis brazos, notando rápidamente las pequeñas cicatrices redondas que ahora los adornaban. Sentí que la piel me comenzaba a arder, que comenzaba a ascender de temperatura en todas las partes en las que las manos de Vincent habían estado y me sentí tan asqueada que solo quería dejar de pensar en eso.
- ¿Qué te paso? - fue lo que me preguntó. No pude evitar que un sentimiento desagradable de culpa se me formara en el estómago. Detestaba a Jenna. Mierda, nos había traicionado. Y por amor, que era peor aún, porque en realidad, ayer me había quedado claro que el chico por el cual había dejado a su familia abajo no la quería en realidad, porque me había pedido que me quedara con él.
- ¿Tu qué crees? - intenté sonar lo menos mala que pude. Ni siquiera supe por qué; si, me sentía culpable de que ayer me había besado con su novio y me sentía mal por ella porque la estaban usando; pero no debía, sabía que no. Ella nos había hecho algo aun peor. Se alzó de hombros sin quitar la apática expresión de su delgado rostro. Se veía incluso más delgado y demacrado que antes. Tenía la piel casi adherida a su cráneo, parecía como si se acabara de recuperar de una larga enfermedad.
- Ponte esto.
Me pasó una pila de ropa bien doblada y la tomé con una mano, dejándola en mi regazó y mirándola con confusión.
- ¿Para qué? - no me estaba quejando, ropa normal era mejor que estar en lencería, pero me parecía extraño.
- Tienes que estar presentable. Hoy es el día - no supe que me había asustado mas, el hecho de que había dicho todo aquello sin respirar y con tan poca emoción que parecía una máquina, o el hecho que dijo que hoy era el día.
"hoy es el día"
Quería decir que no, todo hubiera sido mejor así, pero si sabía a lo que se refería. El mismo Vincent me lo había dicho la noche anterior. Ya había hecho aquella llamada y ahora Daniel sabía dónde estábamos. Tal vez vendría, tal vez no. No sabía cuál sería peor.
No tenía idea de los planes específicos de Vincent, solo tenía por seguro que su único objetivo era matar a james. Pero podía estar segura de que no lo iba a hacer de una manera pacífica y eso, honestamente, era de lo que más me aterraba. El miedo me recorría la sangre y me paraba el corazón el pensar en que algo le podía pasar a Daniel. Yo prefería que me pasara algo a mí que a él. Él no podía vivir; y aunque no estuviese conmigo, lo quería vivo.
