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NHALINIE

-Ella estaba dándole la espalda mientras él le ponía un collar, estaban los dos solos. En ningún momento vi a su hermana. Solo eres tú quien se cree ese cuentito – dijo Danny en un tono que me hizo sentir lo bastante idiota.

-Veo – era lo único que podía salir de mi boca en ese momento. Me dolía esta situación. En mi interior le creía a Brooks todo lo que me decía, lo que me había hecho sentir ayer en su casa había sido genuino, mi corazón lo sintió genuino, pero todas las apariencias indicaban lo contrario. ¿Dónde carajos está su dichosa hermana? – entonces no hay más nada que decir.

No puedo pensar en Brooks para tener algo – o eso decía de labios para afuera – es claro que él dice sentir cosas por mí pero hace otras – díganme que me estaba volviendo loca, pero esas palabras no me las creía ni yo, yo sabía lo que él sentía por mí y algún malentendido tenía que haber. ¿O no?

Todo lo que él me había confesado yo lo sentía cierto. Sentí que tenía en mi corazón un inmenso amor guardado por él y no lo sabía, me pasé toda la mañana leyendo aquellas cartas, poemas, mirando los peluches con los mensajes que traían, acariciaba a General, lo besaba, lo miraba y sentía por dentro que quería morir de amor.

Había descubierto que aunque estaba con Mariano, no me gustan los hombres malos, me gustan lo que son lindos, los que dan detalles románticos, los que me consienten, me miman y todo eso lo hacía Mariano con estos detalles, pero resulta que estos detalles no los escogía él, viéndolo bien, ni los miraba yo creo.

Dios, me sentía muy mal...

Volví a la realidad cuando sentí el portazo que se dio al cerrar la puerta.

Espabilé un poco y vi que Danny ya no estaba. Me había quedado pensando de tal manera que ni siquiera me acordé que ella estaba ahí.

Qué pena...

Me siento completamente perdida, tengo sentimientos encontrados.

Brooks...

Broler...

Brooks...

Broler...

Eran aproximadamente las 8 de la noche cuando me puse de pie y me puse mis chanclas, caminé a la cocina, me preparé un sándwich, me serví un poco de jugo de naranja y vi a Danny en la sala sentada viendo tv.

-Amiga, yo que tú, sigo con el enmascarado papacito – dijo Danny mirándome picara – tú lo quieres, él te quiere y no hay secretos – habiendo dicho esto soltó una carcajada muy muy burlesca para mi gusto – verdad que ustedes se llaman por nombres falsos, usan máscaras y solo se ven en las noches clandestinamente. – me la quedé mirando seria para luego soltar una carcajada estrepitosa y sentarme a su lado a comer.

-Ya, ya, no te burles, pero sí, voy a dejar de matarme la cabeza con Brooks y a continuar con lo que tengo con Broler. – le di un mordisco a mi comida.

-Bueno y ¿Cuándo es que me vas a llevar a las carreras? – Danny se acomodó de lado para mirarme de frente.

-Mañana, mañana cuando sean las 12 de la media noche te alistas y nos vamos ¿Te vas a poner disfraz? – le metí otro mordisco a mi comida.

-No, si yo voy a ir a conocer a un papacito bien lindo quiero que me conozca siendo yo, esta mamacita – habiendo dicho esto se agarró con las manos ambos pechos y se los subió y los movió como mostrando sus atributos.

Está loca...

-Bien, nos vamos mañana. Ya sabes – le di una mirada cómplice y me dirigí a la cocina, lavé lo que había ensuciado y me fui a mi cuarto.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now