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BROOKS

Había llamado a Nhalinie para invitarla a comer algo, pero se negó y esto que me está pasando es tener sentimientos encontrados literalmente.

Me siento contento porque estamos en una especie de relación, pero estoy triste porque no puedo invitarla a salir, me gusta estar con ella, pero quería que nuestra relación fuese completa, estar a su lado en momentos difíciles, que me comentara lo bueno, lo malo y lo gracioso que le pasara, al igual que yo lo haría con ella.

Pero bueno, al menos siente algo por mí y cada mensaje que nos mandamos me lo demuestra. Me gusta esa faceta pervertida de ella, no la conocía y la verdad me tiene loco.

Eran aproximadamente las 10pm cuando le tecleaba un mensaje, la vi en línea quise saludarla, cuando escuché como la puerta de mi apartamento se abría y veo aparecer a una loca vestida con una falda de colores con mucho vuelo, una blusa que aunque yo soy un hombre, yo sé que eso no combinaba, y una licra estampada larga hasta los tobillos por debajo de la falda.

Tenía las manos llenas de manillas, en el cuello un montón de collares, y unos aretes larguísimos.

Mi hermana está loca andando por la calle así vestida.

-Hermanitooooooooo – dijo tirándoseme encima. Toda su humanidad estaba sobre mí, sus brazos enrollados en mi cuello y sus piernas alrededor de mi cintura.

-Bianca, hermana ¿Cómo estás? No te esperaba – dije sosteniéndola para que no se cayera.

-Hermanito pero muestra un poco de emoción, hace 3 meses que no nos vemos – dijo ella bajándose de encima y caminando hacia la nevera y sirviéndose algo de tomar.

-¿Cómo te ha ido? – recibí un vaso de refresco porque también a mí me trajo.

-Estoy bien, quiero quedarme por una temporada contigo, espero que no haya ningún problema, sé que te has acostumbrado a estar solo, pero yo necesito descansar de tantos viajes – dijo ella y algo no me cuadró.

-Llámame mentiroso pero creo que algo te pasa, ¿Miento? – pregunté. Ella agachó la cabeza.

-No, no te equivocas – dijo cabizbaja – conocí a un hombre que me encantó en Australia, viajé con él por un año a muchos lugares y ahorita estábamos en argentina, conocí varias culturas junto a él, pero resulta que en una de esas culturas él se metió con otra mujer y – sollozó en un momento y sorbió por su nariz – yo decidí alejarme.

Tengo dignidad hermanito, tengo dignidad, pensé que había conseguido a mi compañero de vida cuando estuvimos de acuerdo en viajar juntos por el mundo, pero ahora estoy dudando si a los lugares a los que fuimos, cuando yo lo dejaba solo él de verdad descansaba o se veía con otras mujeres.

Porque no fue que él me dijera que me iba a dejar, yo lo encontré con la otra mujer en la cama, lo encontré y sabes qué es eso, es lo peor que me ha pasado en la vida después de lo de mamá.

Cuando mencionó a mamá casi sentí mi corazón desbaratarse...

Me cambié de sofá y la cargué en mis brazos y piernas, la acurruqué como a un bebé y sobé su cabello hasta que dejó de llorar. Me dolía lo que ese desgraciado había hecho con mi hermana, me dolía que le destrozaran el corazón, jamás quisiera eso para ella, pero no podía amarrarla, yo tenía que dejarla libre y que experimentara.

Sé que ha tomado la decisión de quedarse aquí una larga temporada para sanar su corazón y al estar acostumbrada a viajar junto con aquel imbécil, no quiere extrañarlo en el asiento de al lado en los aviones y buses.

-Bueno, cambiando de tema, - dijo mi hermana - ¿Cómo vas con tu amor por Nhalinie – solté una sonrisa por lo bajo y ella se dio cuenta.

-Pues, si, bien pero mal - ella puso cara de no entiendo ni ... y yo me reí.

Nhalinie está corriendo las carreras clandestinas que corría Mariano – mi hermana abrió los ojos. – y fui un día a hacerle un favor a Camilo y me tocó ponerme un pasamontañas y me choqué con ella.

-¿Y cómo reaccionó porque la descubriste? – peguntó asombrada mi hermana.

-No, bueno, ahí es que está el asunto, yo tenía un pasamontañas y ella usa ropa completamente diferente y un antifaz, o sea, ella no sabe que yo sé que es ella y tampoco sabe que soy yo.

-¿What? Espérate, espérate barájamela más despacio – dijo ella y me hizo soltar una carcajada.

-Bian, Nhalinie se hace llamar Nani en esa vida clandestina y yo soy algo así como el enmascarado para ella – mi hermana se puso la mano en la frente y soltó el aire.

-Brooks no quiero ser pesimista, pero ¿Eres consciente de que si Nhalinie se entera de esto, jamás en la vida te lo va a perdonar? – me miró comprensiva cuando dijo aquello.

Tenía mucho tiempo de no sentir tanto miedo como en aquel instante, no quería perderla, pero no sabía cómo tenerla.

-Lo sé, Bian, lo sé, pero quiero intentarlo, tal vez cuando se entere ya esté lo suficientemente enamorada de mí como para que pueda perdonarme.

-Bueno, te deseo suerte con eso, hermanito, Dios quiera y a ti si te vaya bien en el amor. – se levantó de mi regazo y empezó a caminar para el cuarto de visitas – son las 3 de la madrugada, hermanito, vamos a dormir, ah y cancela todas tus citas mañana porque te tengo un súper plan con una súper amiga mía.

-No, no quiero problemas con Nhalinie – dije y me paré inmediatamente de mi asiento.

-No vas a tener problemas con ella, siendo Brooks tú y ella no son nada – dijo lo más de tranquila.

-Ella no lo sabe, pero yo si lo sé y eso basta – mi hermana rodeó los ojos.

-A veces me acuerdo de toda la atención que mamá puso en tu crianza para que seas un niño de bien y creo que se pasó, - se puso de frente para hablarme – las mujeres de ahora no les gustan los hombres buenos, les gustan los malos, los interesantes, ¿Por qué crees que se fijó en ti como un enmascarado clandestino y no siendo tú mismo?

-Bueno, entonces algún día aparecerá una mujer que valore a un hombre bueno y no una tonta como tú que prefieren fijarse en los que las engañan, no las valoran y las hacen sentir insignificantes y como basura. – creo que me pasé con esas palabras, mi hermana me miró herida y no dijo nada, dio media vuelta y se encerró en su habitación.

Creo que la embarré...

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now