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NHALINIE

Me levanté con un ánimo increíble, después de la noche que pasó, y ese enmascarado papacito acompañándome, había vuelto a sentirme bien con respecto a lo que pasó con Mariano.

Me había vestido con una blusa blanca de manga larga, una falda verde agua clarita y una chaqueta a juego, unos tacones negros puntiagudos adelante y con un tacón de 8cm para verme más alta.

Cuando iba saliendo vi a Katie, tenía cara de enojo que no se la quitaba nadie.

-¿Qué tienes? – Me paré en frente de ella y la abracé.

-Mateus es un idiota – dijo y lanzó su celular contra el mueble. – Tienes tiempo ahora, porque eres mi amiga psicóloga y quiero ser una de tus pacientes en este momento.

Rápidamente hice un pequeño recorderis de mi agenda en esta mañana y creo que podía darme el lujo de dedicarle a mi amiga una horita.

-Dame un segundo – le dije y saqué mi celular. Marqué a Anais- mi secretaria- Y le dije que me suspendiera la cita de la primera hora, que no iba a llegar.

>>Siéntate – le dije. Habiéndome ya sentado yo en el sofá y dando dos palmaditas a mi lado para que ella hiciera lo mismo. Se sentó haciendo un puchero – ¿qué es lo que pasa?

-Mateus lleva días raro conmigo y le pregunto que qué tiene y no me contesta, me dice que no le pasa nada, que estoy demasiado preguntona y que le dé un poco de espacio.

-Entiendo – dije y empecé a golpearme la quijada con mi dedo índice. –Cuéntame ¿qué ha pasado entre ustedes desde hace un mes? – me crucé de piernas.

-Después del último viaje que tuvimos, yo quedé muy asustada porque tuve un retraso, le empecé a comentar que qué tal que yo estuviera embarazada, él se puso un poco nervioso y pasó varios días un poco tenso.

>>Pasaron 5 días exactos y mi periodo apareció, así que cuando se lo dije, volvió a ser el mismo de siempre, cariñoso, detallista, amable, y comprensivo, ya sabes el lujo de novio que me gasto, pero me dio miedo esto que sucedió, ¿Qué tal si él no se ve conmigo en su futuro? como yo me veo con él.

-No digas tonterías, Katie, a todos los hombres les da miedo una responsabilidad tan grande como lo es un hijo.

-Lo sé, pero, después de que pasó eso, no me quedé con las ganas y se lo pregunté, me dijo que tranquila, que no pasaba nada, pero cuando le quiero insistir con el tema, se estresa y dice que le de espacio.

-Claro, amiga, no lo atosigues y hazme un favor. De ahora en adelante, no le hables más de ese tema. Haz de cuenta que no pasó, haz de cuenta que solo se asustó porque no fue planeado e intenta estar normal con él, vamos a ver si solo es ese tema del bebé que lo pone así, o esconde algo más detrás de todo esto.

Mi pobre amiga me miró con miedo y le di una mirada tranquilizadora para que sintiera que no pasaba nada y que su relación seguiría siendo perfecta.

-¿Cómo vas tú? Su pregunta me sorprendió tanto que me hallé incómoda y cambiando de pierna, pasé el paso de mi cabeza hacia mi otra mano, la hice puño y me recosté un poco hacia la izquierda.

-Yo, pues, bien, el trabajo bien, sabes que solo me dedico a trabajar.

-Está bien que la psicóloga seas tú, pero yo soy tu amiga y sé cuándo mientes. Cuéntame, ¿Qué te pasa?

-Brooks me dijo que yo le gustaba – solté y me quedé mirándola a ver su reacción.

-Ajá ¿Y? - Hizo una mueca con la cabeza para que siguiera hablando.

-¿Y? No, no es cierto ¿Tú también lo sabías? –Dije y me paré del sofá un poco molesta.

-Eres la única persona en todo el planeta que no se había dado cuenta, oye, yo sé que Mariano te hacia muy rico todo – Abrí los ojos por sus palabras y ella rio – pero tampoco como para que no te dieras cuenta que ese hombre bota la baba por ti desde que lo conocemos.

Me quedé callada, mirando al vacío y pensando en sus palabras. No quería ilusionar a Brooks, pero tampoco quería perderlo como amigo.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now