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NHALINIE

Me había asustado mucho cuando los chicos se pusieron a pelear con Paul y sus amigos.

Ese degenerado siempre se las arreglaba para faltarme al respeto y cuando quería darle su merecido, me amenazaba.

Una vez quise darle una cachetada y me sostuvo la mano y la apretó de tal manera que casi se me salen las lágrimas.

Ese malnacido tenía tiempo molestándome y solo hoy había podido recibir su merecido porque lo hizo delante de Broler y de los muchachos.

Caminé para inscribirme en la carrera, iba un poco nerviosa aún por lo que había pasado con los muchachos y Paul.

-Mira quién viene ahí, la que no mata una mosca y tiene a los hombres peleándose por ella. ¿Cómo es que le dicen a esa carne que todo el mundo quiere? A si, la carne barata. – volteé a mirar para ver a la dichosa mujer que me decía eso. Yo sabía quién era y efectivamente no me iba a quedar con esa.

-¿Y qué hay de esa carne podrida que nadie quiere y en la que nadie se fija sino que la botan a la basura? – puse mi dedo índice en mi mentón dándole un aspecto pensativo a mi actitud. – Ah sí, cierto, cierto, se llama Natacha – dije con altivez, levanté mi frente y seguí caminando.

La escuché maldecir por lo bajo.

-Te propongo una apuesta – dijo la muy estúpida.

Seguí caminando porque no me interesaba nada que tuviese que ver con esa.

-La que pierda la carrera de las dos, no vuelve más a las apuestas – dijo y me paré en seco en mi lugar y di media vuelta para mirarla.

-¿Qué te pasa, Natacha?, ¿necesitas atención? – me crucé de brazos y estiré una de mis piernas para luego mirarla.

-Te estoy hablando en serio, mujer, si pierdo no me verás más por estos lares. –me reí en su cara, me di media vuelta y seguí caminando.

-Pensé todo de ti, menos que eras una miedosa Nhalinie, que lástima – dijo y me miró con desprecio.

-Bueno, si yo gano tú te vas y si tú ganas yo me voy, ¿ese es el trato? – pregunté.

-¿Aceptas? – dijo con aire altivo.

-Acepto – me di media vuelta y me fui.

______ * _____

-Ella quiso apostar conmigo y no sé a qué se debe – le dije a Veno, - pero yo no me iba a dejar humillar.

-Gatita ¿Qué hiciste?- Natacha anda con una nueva nave, por eso te retó – sentí un miedo terrible al oír las palabras de Veno.

La muy estúpida me había engañado y yo caí como una tonta.

-No, ¿Qué voy a hacer, Veno? ¿Qué hago? No quiero dejar las pistas – me pasé las manos por el cabello de lo frustrada que me sentía en ese momento y empecé a caminar de un lado para otro nerviosa.

-Ven conmigo – dijo Veno – tengo algo para mostrarte. – caminé detrás de él con el corazón en la mano, los latidos de mi corazón estaban a mil. Esto no me podía estar pasando a mí.

Por el camino nos encontramos a Broler, vio mi cara de preocupación y nos siguió sin decir una palabra. Me gustaba eso de él, sabio cuando guardar silencio.

-Esto – señaló Veno un botón en la parte de debajo de la moto, estaba metido en una cajita negra que no había visto nunca en mi moto. – es un botón que te puede ayudar a ganar la carrera.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now