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BROOKS

Tenía tiempo de no sentir tanta paz, tenía tiempo de no estar tan tranquilo conmigo mismo.

Ayer había caído en un bache terrible después de escuchar a Ángela con lo que le estaba pasando, me gustaría saber quién es ese desgraciado que la sigue lastimando.

Daría lo que fuera por tenerlo entre mis manos y enseñarle como se trata una mujer.

Estaba súper feliz por la mujer de la cual estaba enamorado, tenía unas ganas inmensas de verla, abrazarla y besarla que no me aguantaba ni yo mismo.

Lo que hizo conmigo ayer en su sesión de terapia privada me había ayudado mucho y hoy me había levantado mucho mejor, en ningún momento hablo mal o bien de mi padre y eso me ayudó mucho, solo intentó ayudarme y lo logró.

Sus abrazos, sus caricias terapéuticas, sus palabras, sus movimientos lentos para no alarmarme, ella definitivamente es una gran profesional, sabe lo que hace, sabe manejar este tipo de situaciones.

Estar con ella me había ayudado a sobreponerme y eso me hacía feliz.

Amo a Nhalinie...

______ * ____

Estaba en casa mirando la hora para irme a las carreras, preparé algo de cenar ya que mi hermana no estaba, comí un poco y le guardé una porción a ella.

Me quité la ropa y me fui al baño. Me quedé solo en bóxer.

Tenía una barra de hacer ejercicio en el cuarto de baño y levanté algunas pesas durante varios minutos, sudé un poco.

Sentía las gotas caer por mi pecho y espalda.

Tomé unas pesas para manos y empecé a ejercitarme, al rato cuando ya había terminado, saqué de un cajón una cuerda que tenía y empecé a saltar en ella, conté tres veces hasta cien y paré ahí.

Me miré en el espejo, estaba un poco colorado, mejor dicho rojo y sudado.

Me senté un rato para reposarme y luego darme una larga ducha.

Me bañé como por media hora, dejé que el agua caliente cayera en mi cabeza, hombros y espalda para lograr relajarme, salí de la ducha y me encaminé al cuarto.

Me arreglé rápido para ir a las pistas, de nuevo me había vestido de negro.

Me cepillé antes de salir y tomé el pasamontañas para ponérmelo antes de bajar del auto cuando llegara allá.

Me subí a la camioneta y conduje como por media hora para llegar.

Era como una hora más temprano de lo que acostumbraba a llegar siempre, además de que tenía unas inmensas ganas de ver a Nhalinie, Camilo me había dicho que me tenía una parte de la plata que le presté en aquella ocasión.

Me senté en el bar a tomar algo mientras Camilo llegaba.

Como a tres metros de mí había un tipo que me miraba extraño pero yo intenté no prestar atención.

Seguí pendiente de la llegada de Camilo hasta que lo vi caminando hacia mí.

Llegó y se sentó en la silla de al lado.

-¿Qué más viejo?, ¿Cómo anda todo? – me extendió la mano y le devolví el saludo.

-Bien, bien gracias a Dios mijo, esperando aquí a alguien – él sonrió y supuse que ya sabía a quién me refería yo.

-A la Gatita, ¿No? – Sonrió y entrecerró sus ojos. lo observé precavido– aquí hay muchos botando la baba por ella viejo y ya te han visto cerca de ella en algunas ocasiones, no se te haga extraño que te ganes algunos enemigos gracias a eso.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now