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Me había quedado mirando una camioneta muy parecida a la del enmascarado en el estacionamiento del edificio de Brooks, luego lo vi cómo me observaba y le me dio un poco de vergüenza por lo tanto le di una mirada de disculpa.

En todo el camino no dije nada porque no podía parar de pensar en lo que pasó en su apartamento, aparte de Mariano, nunca había visto a otro hombre desnudo y lo que vi, me dejo más que asombrada, maravillada y con una sensación extraña en mi cuerpo, nunca había deseado a mas nadie que no fuera Mariano, pero al ver los bíceps, los brazos, los pectorales, el abdomen de Brooks, había quedado casi botando la baba y no dejaba de pensar en eso.

Dios, necesitaba algo para dejar de pensar en ese hombre – completamente- desnudo...

Efectivamente mis súplicas fueron escuchadas porque al llegar, encontré a Danny discutiendo con un susodicho que ni siquiera sabía que era su novio, eso me había parecido el colmo y aunque había tratado de defenderla, la muy estúpida se había ido con él.

Entré al apartamento sin casi darle la cara a Brooks. Él se despidió y yo me arreglé rápidamente para atender a una paciencia que tenía una serie de problemas, ahora que lo recuerdo bien, había sido él mismo quien la había remitido a sesiones conmigo.

_____ *_____

-Buenas tardes, Camila – dije mientras servía una taza de café a ella y una para mí.

La observé y tenía muchos moretones en la cara, un ojo entrecerrado y cubierto con una bola morada, un brazo enyesado y se movía con dificultad.

-Buenas tardes, doctora – dijo mientras ponía la taza de café en la mesita que tenía al lado y luego agradecía por el café.

-Cuéntame, ¿Qué es lo que te pasa? – le dije cruzándome de piernas.

-Doctora, mi esposo se llama Antonio, llega todos los días, borracho y me pega. Se desquita conmigo por todo lo malo que le pasa, él trabaja en un parley, más conocido como un lugar de apuestas, cuando el equipo al que le apostó, pierde, la que lleva del bulto soy yo, en ocasiones apuesta el dinero del mercado y lo pierde, y después viene y me golpea porque no hay para comer. El mes pasado se gastó la plata del recibo de la energía y cuando nos la cortaron, me golpeo de tal manera que caí desmayada, me rompió dos costillas, un brazo, me sacó dos dientes y tengo las rodillas raspadas.

-¿Qué haces que no los has denunciado, Camila, estás viviendo con un verdadero animal, un hombre sin escrúpulos, es un desgraciado, no entiendo por qué sigues con él, ¿acaso no tienes familia? ¿no tienes nadie que te ayude?

-De hecho sí, doctora, tengo un hijo mayor, no es hijo de él, pero ya es casado, tiene su familia, sus hijos y no creo que tenga espacio para mí, además, doctora, él se fue de la casa a los 15 años, se fue porque no soportaba que yo me hubiese metido con Antonio, me decía que era una mala persona y yo estaba muy enamorada como para darme cuenta de eso.

A esta fecha ya tiene 25 años y no creo que me quiera ver, ni mucho menos quiera ocuparse de mí.

-Eres su madre, claro que va a querer ayudarte, necesito que levantemos una denuncia. Hoy mismo llamarás a tu hijo, le pedirás perdón y si es posible le propondrás una cita para que dialoguen.

Quiero que te vayas a vivir con él, y tú y yo seguiremos en terapia para que salgas de este trance.

-Pero, doctora, no es tan fácil, él me tiene amenazada, dice que me matará si lo dejo.

-Tranquila, Camila, ese malnacido no te hará daño nunca más.

______ * ______

Después de haber atendido a unas 4 personas hoy con problemas realmente graves, miré mi reloj y eran las 6 de la tarde, hoy tenía una carrera pendiente y le había prometido a Veno que iría a verlo correr.

Llegué a casa, General salió a recibirme y le di muchos besos, apapachos y abrazos de osito. Le pregunté cómo me lo habían tratado hoy y con unos pequeños ladridos me dijo que todo estaba bien.

Le serví un plato repleto de comida y otro de agua y cuando me dejó para irse a comer, aproveché y me fui a dar una ducha como de media hora.

Salí, me puse mi pijama, un poco de crema por todo el cuerpo, preparé algo de cena y salí ver televisión a la sala.

Pasé la tv unas 15 veces antes de encontrar un canal con una serie de investigación de asesinato, siempre me llamaban la atención esas series y definitivamente uno ni sabe con qué tipo de personas está viviendo.

Venía una parte importante en la serie cuando sentí que alguien se sentó con un plato de comida a mi lado, volteé a ver al sofá de al lado y me encontré con Daniela mirando como si nada a la tv.

-Buenas noches – saludé mirándola fijamente – pensé que no volverías a esta casa.

-Yo también pago la renta – dijo mirándome de forma no muy buena – por si se te olvida.

No me iba a poner a discutir con ella. Si hay algo inteligente que me gusta hacer, es no discutir con gente idiota y en ese momento si buscaba el significado y la representación de >>Idiota>>en el diccionario, saldría la cara de Daniela.

Me paré del sofá, fui a la cocina, lavé la loza y me dirigí a mi habitación en completo silencio, al entrar, cerré la puerta con llave y me dispuse a guardar en el bolso todo lo que necesitaba para vestirme de Nani.

Abrí la ventana de mi habitación aprovechando que Daniela estaba en la sala y me escabullí por las escaleras de emergencia, bajé hasta el estacionamiento, entré al baño como siempre, me vestí con un pantalón de cuero negro, un blusón rojo hasta el ombligo por delante y por detrás y a los lados me caían unos picos a media pierna, encima tenía una chaqueta de cuero negro y unos botines rojos, me puse el antifaz y salí.

-Buenas noches señorita – dijo el portero cuando me vio, casi se le caían las babas.

-Hola y adiós – le dije, dándole una pequeña sonrisa. Destapé mi beba, la prendí, la aceleré un poco y me fui.

Sabía que estaba muy temprano y que no habría nadie en las pistas, así que me estacioné a unas cuatro cuadras del edificio, llamé a Veno y le pregunté que si estaban en casa, ya que vivían los tres juntos, me dijo que sí, así que me dirigí hasta su apartamento.

Miré la hora y eran aproximadamente las 8 de la noche, así que aceleré y en 10 minutos estaba en casa de ellos.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now