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NHALINIE

¿Cómo se supone que yo iba a escoger a uno de esos dos hombres si ambos provocaban los mismo en mí.

Esa paz infinita y esa sensación de estar protegida, cuidada, amada, valorada era notable en ambos.

No sabía que iba a hacer.

Eran las 3 de la mañana.

Los chicos se habían ido hacía ya dos horas y yo no dejaba de pensar en cuál de los dos era la persona correcta para mí.

Estaba claro que no podía quedarme con los dos.

¿O sí?

Por Dios Nhalinie, ¿Qué son esos pensamientos?

Volteé la almohada para que me diera el lado frío de nuevo en la cara, con tanta pensadera rapidito la había puesto caliente.

Intentaba hacer en mi mente un cuadro comparativo entre esos dos hombres y ambos tenían lo que yo buscaba.

Diferencia: a uno le conocía el rostro y al otro no.

Ahora sí estoy bonita yo.

Trágame tierra y escúpeme en Dubái.

No

¿No? ¿Por qué no?

Rayos, de nuevo estoy hablando sola...

Broler: Inteligente, aunque miedoso, arriesgado, sexy, guapo, esa voz ronquita que me gusta, me escucha, me canta canciones, me cuida, me ayuda, me demuestra que me quiere.

Brooks: Inteligente, trabajador, de buen corazón, me cuida, me apoya, me ayuda, me escucha, me hace sentir querida, y aunque antes no me había fijado bien, él es lindo, es muy guapo, su rostro es precioso y su cuerpo es fornido, me gusta, me encanta. Me siento bien con él.

Dios mío...

¿Qué voy a hacer con este enredo?

Miré el reloj de mi celular y vi las 4 de la madrugada.

Me paré de la cama y prendí la luz, busqué todas las cartas que me había dado Mariano y empecé a leerlas, pero esta vez no las leí pensando en que había sido Mariano quien me las había dado, sino Brooks.

Hace días estuve hablando con Camilo, preguntándole cosas acerca de Mariano.

Yo sabía que Brooks no era capaz de mentirme con respecto a todo lo que me dijo de los detalles, él no haría eso por conseguir algo conmigo, además, casi fui yo quien lo obligó a hablar.

Camilo me dijo cosas muy parecidas a las que me había dicho Brooks, los dos primeros peluches con tarjetas que me regaló Mariano, Camilo los había comprado, pero de ahí en adelante él le dijo que no se iba a prestar más para eso y por eso Mariano empezó a buscar a Brooks para que le ayudara y como Brooks sentía lo que sentía por mí, pues  compraba las cosas.

Incluso me dijo que cuando Mariano quería pagarle los detalles, él se negaba.

Ese gesto es demasiado hermoso, mi corazón se arrugó con solo saber eso.

Miré la hora de nuevo las 5:30 de la mañana.

No había dormido nada, pero tenía que levantarme.

Hoy tenía a dos pacientes en la mañana y en la tarde iría con Brooks a ver a su padre.

Me había costado convencerlo, pero lo había logrado.

Me levanté de la cama, fui al baño, me di una ducha como de media hora para desperezarme y arrancar de mí toda secuela de trasnocho y sueño.

Salí del cuarto de baño sin siquiera secarme bien el cuerpo. Mi cabello escurría agua por doquier.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now