11

3 0 0
                                    

-¿Qué es lo que más te gustaba de Mariano? – Su pregunta me tomó desapercibida, en realidad que esperé todo tipo de preguntas, menos esa.

-Pues... no lo sé, tal vez – y fue en ese momento donde me di cuenta de que nunca me había detenido a mirar las virtudes de Mariano, ¿Qué fue lo que me hizo enamorarme de él? Pues

>>...Creo que fue el apoyo que me dio en los momentos tan difíciles que pasé con mi familia cuando mi hermana decidió dejar a mis papás e irse de viaje porque no le gustaban las reglas de casa.

Todo en casa se volvió un caos, papá llegaba borracho y le pegaba a mamá, Yesenia siempre fue su hija favorita y por lo tanto él con sus reglas nos cuidaba.

Pero, al ella irse, él se sumió al alcohol, incluso una vez estando ebrio me confesó que ni siquiera quiso tenerme a mí, solo quería una hija y era a ella, que yo nací por accidente ya que ellos un día no se cuidaron y mamá quedó embarazada de mí.

Que él le insistió para que se deshicieran de mí, pero ella tenía tanto temor por Dios que jamás se atrevió a tal cosa.

Mi mamá mantenía en una depresión horrible, no salía de su cuarto, no se arreglaba.

-Dime tú – le pregunté - ¿Cómo te sentirías si la persona que más quieres, se va y te deja?

-Es muy difícil pensar eso, me hiciste pensar que debe ser duro separarte de quien amas,  – dijo pensativo

Me hizo reír en un momento como ese, le lancé un puñetazo – no fuerte – a su brazo y creo que me dolió más a mí que a él ya que su respuesta habia sido sarcástica,

-Pero, Nhalinie, no has contestado mi pregunta. Enumérame cinco virtudes de Mariano – Brooks se acostó boca arriba y se puso los brazos por debajo de la cabeza esperando mi respuesta.

-Pues me escuchaba cuando habían problemas en casa – bueno, eso ya lo dije. Pensé. – Pues me llevaba de la mano a todas partes, me hacía sentir bien, me hacía reír y me gustaba estar con él.

-No quiero ofenderte, pero, pensé que tenía un millón de virtudes que yo jamás lograría superar.

-Creo que del agradecimiento con él, pasé al amor, de todos modos él era guapo y el típico chico malo que a uno le llama la atención.

-¿Será que habrán mujeres que les gusta que les canten una canción con una guitarra? O ¿Será que hay mujeres que les gusta que las entiendan, las apoyen, las impulsen en sus sueños, las ayuden a salir de su caos, o les ayuden a superar sus miedos?

-¿Quién es psicólogo aquí? Pregunté en voz baja, Brooks sonrió.

-No, para nada, no soy psicólogo, soy traumatólogo, cirujano especializado en accidentes y bueno, médico general – soltó orgulloso

-Tranquilo, tranquilo, sé que te has pasado la vida estudiando pero no tienes que presumírmelo a mí- Dije y me volteé boca abajo.

>>Mariano llegó cuando lo necesitaba y se volvió alguien indispensable para mí. Ustedes dos trajeron luz a mi corazón. Te quiero mucho dije mirándolo a los ojos.

-Te quiero mi querido camaleón – Abrí los ojos ante su nuevo apodo

-¿Así me llamarás de ahora en adelante? ¿Puedo saber por qué "camaleón"?

-Eso me lo reservo – Sonrió el muy estúpido.

-Idiota – Le dije y me puse de espalda.

-Pero me quieres- dijo mientras me abrazaba por detrás y me gustó tanto estar entre sus cálidos brazos que por un momento tuve miedo. Quise separarme, pero él no lo permitió...

-Tranquila pequeño camaleón, no hay segundas intenciones, solo déjate querer.- susurró en mi oído y un escalofrío me recorrió todos los huesos y se instaló un nudo en mi estómago.

Mariano, Brooks, el enmascarado... Si sigo con este tipo de vida, voy a explotar. 

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now