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BROOKS

Nhalinie había ganado la carrera y eso me tenía muy feliz, bueno, no era que había ganado exactamente, pero al menos para mí ganó, ya que no le toca irse de las carreras.

Aunque sé que ella viene a este lugar por recordar a Mariano, yo sé que se ha vuelto muy competitiva cuando se trata de esta chica Natacha.

La vi pararse detrás de aquella chica y observarla mientras aquella hacía berrinches de niña pequeña y mimada. La vi acercarse y decirle algunas cosas, luego se sonrió dijo algo con aire prepotente que no entendí y se vino hacia donde estábamos los cuatro esperándola.

-Lle llegó la ganadora - dijo Turi abriendo los brazos para consentirla – ne necesitamos ir a a consentir a la princesa por no haber perdido. – la abrazó.

No me daban celos por esas demostraciones de cariño de Turi y Veno con Nhalinie pero ellos no dañarían mis planes.

-Lo siento mucho amigos, pero esta hermosura se va ahorita conmigo porque tenemos algo que hacer – Nacho puso dos de sus dedos en su boca y silbó muy fuerte y los demás se sonrieron.

Ella se sonrojó y yo le pasé el brazo por el cuello y la atraje hacia mí. Ella metió su cabecita en mi cuello y besé la corinilla de su cabeza.

-Bueno, si van a un hotel los dejamos tranquilos – dijo Veno y todos soltamos la risa.

Ella se sonrojó.

-Bueno, nosotros los dejamos. Despídete – le dije a ella aflojando el garre que le tenía.

Mientras ella abrazaba a Turi y lo consentía como si fuese un bebé yo me despedía de Nacho y Veno.

-Adiós, príncipes – se despidió ella de sus tres amigos, casi hermanos.

Empezamos a caminar.

-Vamos en tu moto – le dije a ella abrazándola por detrás mientras caminábamos.

-¿Seguro que quieres poner en riesgo tu valiosa vida? – soltó ella mirándome de reojo – porque hoy estoy hecha una completa loca.

-Siempre estás hecha una completa loca, amor – habiendo dicho esto caí en cuenta de que nunca la había llamado así y ella abrió los ojos asombrada dejando de darme la espalda se volteó hacia mí.

-Amor – repitió como saboreando las palabras en su boca – me gusta. – me guiñó un ojo, dio media vuelta y siguió caminando.

Llegamos hasta su moto, y ella se subió. Yo me quedé mirándola.

-Pensándolo bien, yo me voy en mi auto. – rodó los ojos cuando dije eso.

-Idiota – dijo y golpeó suavemente mi brazo.

En realidad no me iba con ella por ser miedoso, me iba en mi auto porque en él traía una guitarra, le quería cantar una canción y luego decirle la verdad.

Quiero decirle a Nhalinie quien soy ahora antes de que sea tarde y no me perdone por mentirle.

Tenía miedo, tenía muchos nervios a decir verdad. ¿Y si me rechazaba? ¿Y si se daba cuenta que solo sentía un gusto por mí y ya?

Pero habíamos hecho el amor en dos ocasiones, tenía que sentir algo más por mí.

En realidad estoy demasiado nervioso.

Tenía mucho de no sentir miedo por algo, hace tiempo que no sentía una compenetración tan fuerte con alguien y sentir esta posibilidad de perderla me estaba volviendo loco.

Vida ClandestinaWhere stories live. Discover now