—¿No vienen algo rápido esos jinetes? —Preguntó Jacques mientras tomaba de la copa que lady Allys le había traído.
—No parece que vayan a detenerse aquí. —Dijo Nicole mientras le servía agua al joven caballero.
—Eso es porque no van a frenar. —Respondió Ser William preocupado.
Cuando uno de los guardias fue arrollado por las pezuñas de los caballos, Jacques supo lo que iba a pasar. Lady Allys gritó lo más fuerte que pudo y entonces Jacques arrojó la copa al suelo y cargó a la niña, corrió hacia Selene. El muchacho sabía que no tendría oportunidad de ganarle a tan siquiera uno de ellos, jamás había peleado con un hombre sobre un caballo.
Sin embargo, Ser William no parecía tener problema para pelear con ellos. Esa era la diferencia entre Jacques y Ser William. O probablemente eso es lo que Jacques habría pensado. Ser William había pasado toda su vida entrenando todos los días, mientras que Jacques solo habría peleado para sobrevivir. El joven caballero tomó la espada y dio un contraataque a uno de los jinetes, de tal fuerza y magnitud que el hombre se cayó de su montura. En el suelo, Ser William simplemente lo remató con un golpe rápido. Los guardias de la reina no serían de mucha ayuda. Imposibilitados por aquellas impenetrables armaduras, sucumbieron ante las embestidas de los caballos.
Selene desenfundó su espada. Ella iba a pelear, eso es lo que quería hacer y Jacques lo sabía muy bien, Selene no se quedaría ahí como cualquier doncella. Pero también sabía que, a pesar de su destreza con la espada, no sería rival para ellos.
—¿Qué hacemos? —exclamó la reina sin saber qué hacer.
Jacques miró alrededor, tenía que pensar rápido. Entonces vio el bosque espeso. No habría forma de que los caballos, pudiesen perseguirlos en el interior del bosque. Sus perseguidores tendrían que desmontar y continuar su búsqueda a pie.
—¡Rápido, hacia el bosque! —Exclamó Jacques.
Se habían ido corriendo hacia la maleza y se escondieron tras la espesura de los arbustos. La niña empezó a llorar y Nicole trató de consolarla.
—Esperen, ¿Y la doncella de hierro? —Preguntó la reina. Entonces Jacques miró a su alrededor, Selene no estaba ahí con ellos, luego miró hacia el camino. Ahí estaba ella, inmóvil. Apretaba con fuerza la empuñadura de su espada, ella quería pelear, pero no sabía ni conocía una técnica que le funcionara en ese momento. Jacques entonces se levantó inmediatamente y corrió hacia el camino, solo para recuperar a su amiga.
—¡Selene que carajos estás haciendo! —Le reprochó Jacques.
—Ser William...no lo podemos dejarlo ahí peleando. —Respondió Selene, se le notaba ansiosa, sus palabras preocupadas temblaban en sus labios, pero ella no era capaz de moverse, se había quedado inmóvil.
—Él puede arreglárselas por su propia cuenta. —Respondió Jaques.
—Pero Ser...
—Selene, la reina está con nosotros, no podemos perderla, estoy seguro que Ser William querrá que la protejamos. —Replicó Jacques. Selene continuó mirando hacia la escaramuza frente a ella, viendo al joven caballero pelear. Entonces Jacques, finalmente, la tomó de la mano y la jaló hacia el bosque. Tal como Jacques pensó, los jinetes no podían pasar. Entonces dos de ellos descabalgaron y fueron tras Selene y Jacques. El cazador inmediatamente desenfundó su espada, y chocó su hoja contra la del jinete y Selene también entró en combate con otro. La chica debió de haber dado un par de golpes antes de que el hombre con el que pelease yaciese muerto. Jacques tenía más problemas, pero logró matar a su oponente.
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La Doncella de Hierro II
Historical Fiction¡GUERRA! Después de la Batalla de Orleans, las cosas no han hecho mas que empeorar. Con una Francia dividida y debilitada por los continuos saqueos e insurrecciones, Selene y sus amigos continúan su viaje para llegar a tierra santa, a través de...