"La hoja de la espada brillaba, pero no era aquel pulcro color del acero, si no la sangre que escurría sobre la hoja aquella que brillaba más ante la luz de las antorchas. Había corrido hacia el circulo donde se había llevado a cabo el duelo, mi padre yacía sobre la grama, vomitando sangre. Me acerqué, mi padre me tomó del cuello de la chaqueta, y trató de decir algo...pero no había podido decir nada...solo se fue. Estuve ahí un rato, mientras mi tío celebraba con el resto de la banda. Entonces llegó Alou y colocó una capa de cuero sobre el cuerpo de mi padre.
--Deberías irte muchacho. —dijo Alou.
--A donde...—le pregunté.
--A donde quieras, El bosque es tuyo...a donde la ira de Alfonz no te alcance.
Luego Alou me dio una bolsa con monedas de cobre y tomó la espada de mi padre y la puso en mis manos.
--Ve...y no mires hacia atrás. —dijo Alou.
Ser William se levantó de la graba y se quitó los mechones de cabello que le caían sobre sus ojos. El joven caballero siguió hacia adelante. Jaques se acercó, sobre la tierra estaba el hombre. tosiendo sangre, con la cara molida a golpes. Jaques se arrodilló.
--Pero mira como estas, muchacho, eres un asco. —dijo Alou, su voz era ahogada, tendría una hemorragia interna.
--Mírate tu...pero al menos ya no tienes cicatrices de varicela. —dijo Jaques. —Esto ya se terminó.
--Si. —respondió Jaques. Luego el muchacho miro hacia el frente, el resto de los soldados de la duquesa Geneve habían comenzado a marchar hacia el furor de la batalla.
--Lamento, no haber podido ayudarte más muchacho. —dijo Alou.
--Hiciste lo mejor que pudiste.
--No, debí de haber aconsejado mejor a tu padre y debí de haber frenado a Alfonz, debí de haber visto por ti...tal vez así hubiera evitado todo lo que pasó. Tal vez...hubiéramos podido tener redención.
--Todavía la hay...en Tierra Santa. —dijo Jaques. —Todo hombre que va a tierra santa, es perdonado por sus pecados.
--No, ya es muy tarde para mí. —dijo Alou. --Prométeme una cosa, muchacho, no dejes que nadie te manipule... Y que serás hombre y te follarás a esa chica guerrera. —dijo Alou riendo. Luego puso en la mano del muchacho el cuchillo.
Jaques supo lo que tenía que hacer, El muchacho apretó con fuerza el mango y abrazó a Alou, después le enterró el cuchillo en el corazón. Las lágrimas corrían por las mejillas de Jaques. Mientras la vida se escapaba del cuerpo de su amigo. Alou murió poco después. El muchacho entonces tendió al hombre ahí en el campo de batalla, tenía una expresión de serenidad en su rostro. Jaques entonces levantó el hacha de Alou del suelo. miró entonces a su alrededor toda la muerte y guerra alrededor de él hombres siendo estampados por los caballos, desangrándose en el campo, muriendo por las flechas. Jaques gritó. Y luego fue corriendo a unirse al tumulto nuevamente. El hacha de Alou era más veloz que su espada. más fuerte y más...salvaje.
Golpeó a un normando con el mango del hacha, para luego enterrar el filo del hacha de guerra sobre la mejilla del hombre. luego fue tras otro hombre y luego otro. Adelante suyo podía ver a Ser William mientras atacaba a un soldado, bloqueaba el tajo de otro y apuñalaba a otro. Jaques golpeaba fuerte y certero.
Otro hombre trató de atacarle, pero jaques le bloqueó la mano que empuñaba la espada. tratando de someter al hombre. El muchacho entonces le dio una patada en el estómago al soldado y luego blandió el hacha en el cuello del soldado cuando este se retrajo para cubrirse el vientre. Tras Jaques venía otro soldado enemigo. Jaques tomó el hacha, pero se le resbaló por la sangre que cubría el mango.
Entonces un jinete embistió a ese soldado. Aquel jinete era muy delgado y escuálido de larga cabellera en una trenza. El soldado se subió el visor, Jaques conocía esos ojos. "Selene" pensó Jaques.
--Te volví a salvar la vida. —dijo Selene.
--Esta vez no cuenta. —dijo Jaques. Riendo.
Selene continuó peleando, cuando entonces sintió un golpe. En la cabeza y la chica cayó del caballo. Aquel hombre de larga cabellera negra montado sobre el potro le había dado media vuelta su caballo. Jaques supo entonces la razón, ese hombre tenía pensado atropellar a Selene. La chica se trató de levantar, aun aturdida por el golpe, cuando el jinete fue a toda velocidad contra ella. Jaques lanzó entonces el hacha de guerra que se enterró en el cuello del caballo, haciéndolo caer y arrojando al jinete.
Jaques fue hacia Selene, y la ayudó a levantarse.
--El príncipe Raphael. —dijo Selene.
Jaques miró al hombre, de larga cabellera negra, bien parecido. La armadura negra del hombre le hacía recordar la del paladín Erembourc. El Príncipe empuñó su espada.
--Jaques, si lo matamos. Esta guerra termina. —dijo Selene.
--Juntos. —dijo Jaques.
Los dos rodearon al príncipe. Y luego atacaron al mismo tiempo, Pero el príncipe Raphael pudo leer los movimientos de los dos, esquivó la espada de Selene y bloqueó el hacha de Jaques. Selene entonces volvió a dar otro golpe, El príncipe bloqueó la espada de Selene y luego le dio un cabezazo, Selene cayó desmayada. Pero antes de que pudiera matarla Jaques trató de atacar al príncipe con el hacha. El Príncipe logró bloquearlo, Jaques lanzó otros dos hachazos, pero ninguno dio en el blanco. El príncipe entonces le dio un corte a Jaques en la espalda, el muchacho dejó caer el hacha. Raphael se dio la vuelta y trató de enterrar su espada en Selene. Jaques le jaló de la capa. Entonces Raphael lo tomó del cuello de la chaqueta y le dio un golpe en la cabeza con el pomo de la espada Jaques cayó desorientado en el suelo. mientras el príncipe volvía a dirigirse hacia Selene para matarle.
"Alguien quien sea, sálvenla" pensó Jaques. pero el muchacho había quedado muy exhausto y había perdido mucha sangre, entonces apareció Ser William quien chocó espadas con el príncipe en tres ocasiones...La vista de Jaques se nublaba.
Ser William dijo unas palabras, que Jaques no podía entender. Tenía que estar hablando en Ingles, Luego Jaques miró al príncipe con la cara de sorpresa en ella. Raphael dejó caer su espada al suelo. y levantó las manos en señal de rendición...
Todo se volvió negro...
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La Doncella de Hierro II
Historical Fiction¡GUERRA! Después de la Batalla de Orleans, las cosas no han hecho mas que empeorar. Con una Francia dividida y debilitada por los continuos saqueos e insurrecciones, Selene y sus amigos continúan su viaje para llegar a tierra santa, a través de...