El Honor y William

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La primera vez que dejé el castillo tendría que tener 14 años, mi padre me dijo que me iría por un tiempo. Aunque tenía dudas sobre mí y mi capacidad de supervivencia, acaté las ordenes de mi padre, El hijo se inclina ante el padre. Y obedecí. A veces me preguntó si todos estos acontecimientos que ocurrieron toda la sangre que derramé de mis hermanos en armas, de mis compatriotas. fueron a consecuencia de haber seguido las ordenes de mi padre.

        La luz matutina cruzaba desde las azuladas montañas hacia las mejillas del joven caballero. Habían llegado a Tours mucho más rápido de lo que habían pensado. El propio Duque Germain Martel había quedado boquiabierto cuando fue a tocar a la puerta de su castillo la mismísima reina de Francia. Les habían dado recamaras a todos en esa noche y serían invitados de honor del duque. En las manos del joven caballero llevaba la capa negra que el hombre que los había emboscado en el bosque usaba. Ser William la estrujó entre sus manos.

        --Ser William... ¿Qué no tiene frío? —preguntó Nicole. La chica estaba envuelta en una pesada capa sujetando los lados con sus pequeñas manos y siluetando su figura con los pliegues de esta. Su cabello hondeaba en el helado viento. La piel tersa de la chica casi nívea y en sus mejillas el rubor.

        Ser William se miró a sí mismo. Solo es taba usando la camisola y los pantalones. Había estado mirando al horizonte desde antes de que el sol hubiese salido. Los demonios de su cabeza no le permitían descansar. Habría sido hasta ese momento que Nicole le visitó que se dio cuenta que en realidad estaba haciendo frio. Que él en realidad tenía frio. El caballero tomó la capa del hombre que había asesinado y se la puso.

       --Nicole, ¿Qué haces despierta tan temprano? —preguntó el caballero.

       --Eso mismo podría preguntarle Ser William, pensé que estaría cansado por haber tenido que cargar a la reina todo el viaje hacia la ciudad. —respondió la chica. –Estaba preocupada por usted.

        --Se necesita más que cargar a una mujer para doblegarme. —dijo Ser William.

       --Ya veo. —respondió Nicole.

      --¿Cómo está la reina? —le preguntó Ser William.

      --Exhausta y...nerviosa también. Creo que ella sabe lo que sabemos.

      --No me sorprendería, después de todo yo la cargue de regresó a Tours. Ella ya ha de haber sospechado que su secreto se había revelado. Incluso lady Allys pudo haber entendido lo que había estado pasando.

     --No ese secreto...--respondió Nicole.

     --¿De qué hablas?

     --La capa negra, esas son las capas que utiliza el cuerpo de paladines que sirven a la familia real. —dijo Nicole.

     --Los paladines al servicio del príncipe Raphael Capeto.—dijo William.

     --Ellos iban tras la reina. —respondió Nicole. —No puedo dejar de pensar que da miedo tan solo creer que nos hemos hecho de enemigo al príncipe de Francia.

     "En serio, Pienso que debe ser peor ser enemigo del rey de Inglaterra"

    --El príncipe Raphael, necesita a la reina, pero ¿por qué razón?

    --Es el hermano menor de Louis de Anjou.—dijo Nicole. --¿Qué otra razón habría de ver sino es reclamar el trono de Francia para sí mismo?

     "Para demostrar que le poder no se hereda, sino que se toma" pensó William, pero no lo dijo en voz alta. No podía decirlo, mucho menos a alguien como Nicole. La chica era muy inteligente para su propio bien. William tenía que ser fuerte, ya que el futuro de ella, de Lady Allys, de Nicole y Selene yacía en la fuerza de sus hombros. y si vacilaba, demostraba debilidad o vulnerabilidad todos morirían.

La Doncella de Hierro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora