El punto de quiebre y Selene

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No se quedaba más miedo, si el ejército enemigo oh las ansías por la batalla. Ahí rodeada por William y Jaques, sentía que podría sobrevivir a esta batalla, Después de haber recapturado la cabeza de playa. Utilizamos las viejas defensas que los turcos dejaron y las fortificamos, los ejércitos del príncipe Zafrón de Malta, los irregulares malteses y la orden de San Juan, todos se habían atrincherado ahí. La flota turca atracó en la bahía y había preparado un ataque anfibio para recuperar la playa nuevamente.

Los canticos de oración turcos llegaban hasta aquí, la melodía era extrañamente familiar a la música sacra. Cuando terminaron de Orar los turcos bajaron en sus barcazas y comenzaron a remar durante los primeros rayos de sol de la mañana. El mar se llenó de barcazas turcas. En dirección hacia la playa. La orden de San Juan había tomado parte de sus hombres y los había colocado sobre las empalizadas y sobre las atalayas, cuando vieron las barcas acercarse sonaron los cuernos de guerra. en el interior del campamento los irregulares se formaron, ellos serían los primeros en atacar.

Selene no quería verlos morir, sabía que los utilizaban como escudos humanos para defender a los verdaderos soldados. Pero William le había dicho que permaneciese a su lado, que ellos no atacarían sino hasta después.

Los arqueros irregulares fueron los primeros en comenzar a lanzar flechas en la costa. Hacia los remeros turcos. Los turcos levantaron sus escudos hacia arriba y se protegieron mientras las flechas caían sobre ellos. cuando estuvieron lo suficientemente cerca de la orilla. Bajaron en la parte baja de la playa. Y comenzaron a correr hacia la orilla del mar. Los arqueros irregulares entonces retrocedieron y a gritos comenzaron a descender sobre los turcos, la infantería irregular gritando y sacudiendo sus armas para causar temor en los turcos descendió con furia sobre ellos. La batalla comenzó. Colisionaron en la orilla del mar tiñendo el agua y la arena de rojo.

Sin embargo, los irregulares no podían hacer retroceder a los turcos. Ya que estos estaban decididos a morir en el intento por tomar la playa. Una segunda oleada de barcazas comenzó a remar en dirección a la playa.

--Es mi turno. —dijo Jaques. mientras bajaba de la empalizada y se dirigía con el contingente de los hombres del príncipe Zafrón. Cuando la puerta de la empalizada comenzó a abrirse. El ejército salió hacia la playa y chocó contra los turcos que ya habían empezado a hacer retroceder a los irregulares. La batalla se hizo encarnizada Mas barcazas turcas continuaban remando hacia tierra, más hombres bajaban y se reincorporaban hacia los ejércitos turcos.

--No soportarán mucho. —dijo Selene. —Mirando como Jaques peleaba con todo lo que tenía en la playa, Ella quería ir a ayudarlo, pero Will no parecía interesado, es como si casi lo estuviese dejando ahí a su suerte.

--Paciencia Selene. —dijo William.—Todavía no es hora.

Los turcos continuaron desembarcando más y más hombres en la bahía, la lucha se tornó encarnizada. Miles murieron y el agua de la bahía era más roja que azul. Entonces llegaron las barcazas alargadas. Sobre estas estaban los contingentes de caballería turcos. Cuando encallaron en la arena. La caballería turca comenzó a galopar embistiendo a los soldados.

--¡Will!

--Todavía no.—dijo William.

El Caballero tenía la mirada fija en la batalla, pero no parecía mirar a Jaques, si no que tanto había avanzado el ejército turco. Cuando finalmente la caballería turca terminó por romper la columna del ejercito maltes.

--¡Vamos! –exclamó el caballero y se subió a uno de los caballos. Selene también subió a su caballo. Selene notó entonces como las carrozas con barriles estaban esperando ahí. las puertas laterales se abrieron y la caballería galopó hacia la batalla.

--No te alejes Selene—dijo William –Cuando veas que los barriles empiecen a rodar te alejas lo más que puedas.—dijo el caballero.

--¡Porque!

--Solo hazlo. —le exclamó el caballero y se llevó a parte de su caballería para embestir por uno de los lados al ejército turco. Selene atacó por el medio utilizando su espada para acabar con los turcos, la batalla se había vuelto difícil. había perdido de vista a Jaques, o a William. Los turcos eran mejores jinetes, pero no podían hacer sus tácticas de usar arqueros a caballos en aquella apretada, batalla. Entonces Selene notó que los jinetes turcos trataban de irse a los extremos para poder reunir a sus caballos. Y comenzar a disparar flechas, pero los jinetes de la orden de San Juan no habían permitido que ocurriese.

Entonces notó como cada vez llegaban más soldados turcos y menos soldados malteses y caballeros. Entonces También noto que las galeras turcas se acercaban más a la playa para disminuir la distancia que sus barcas tuvieran que recorrer. Pronto se adentraron lo suficiente. eso era lo que La orden estaba esperando. Ser John O'Flannagan entonces guio la flota de barcos de la orden de San Juan por un costado, cerrando la ruta de escape de la flota turca. Como los barcos de la orden eran mas pequeños la flota turca no sentía necesidad de enfrentarlos de inmediato. Entonces Selene vio unos gigantescos tubos de hierro en las proas de los barcos, salía fuego que incendiaban los barcos, "Fuego griego" pensó Selene. Aun al estar lejos podía ver como el agua se encendía en llamas. Y entonces ahí fue cuando vio que los barriles fueron puestos sobre la una pendiente en la playa.

--¡No!—exclamó Selene. –El cuerno sonó y los jinetes de la orden de caballeros comenzaron a huir del campo de batalla. cundió el pánico entre las tropas malteses. Al no saber lo que ocurría. --¡Corran! -exclamó Selene. --¡Corran por sus vidas! Los hombres alrededor de ella la escucharon y se fueron corriendo, pero aquellos que peleaban en la orilla del mar no la escucharon, solo podía ver como todo empezaba a llenarse de turcos. Los barriles comenzaron a rodar. Cuando la mecha llegaba al interior del barril este explotaba lanzando aceite y fuego por los aires incendiando todo. Hombres, jinetes cualquier cosa que estuviera en la distancia, se encendía en fuego. Selene entonces lo vio, Jaques, confundido por los soldados en llamas, tanto turcos como malteses corriendo frenéticamente en el campo de batalla. Selene hizo galopar su caballo embistiendo a los hombres hasta llegar con Jaques.

--¡Jaques! —exclamó Selene y le tendió la mano a Jaques para que este subiese a su caballo. El muchacho tomó la mano de Selene y subió al caballo, luego el corcel de Selene comenzó a galopar dejando el campo de batalla. Mas barriles y más fuego, el mar se encendió como si fuese aceite y en la playa los hombres ardían como si fuesen pasto seco.

--¡No! —exclamó Jaques. —¡Como es que esos bastardos caballeros pudieron hacer algo así!

--¿Espera estas diciendo que no sabías esto? —le preguntó la chica a Jaques.

--No.—respondió el muchacho.

--Pero, Will...él fue quien te asignó al frente. —dijo Selene. –él sabía lo que iba a pasar y aun así te mando a pelear allá, él te hubiese dejado morir allá. ¿Por qué?

--Selene, te dije. Ser William no es de fiar. Es momento de que sepas la verdad Selene.

--¿Qué verdad Jaques? —preguntó Selene.

La Doncella de Hierro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora