Malta y Selene

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"Cuando iba con mamá al mercadillo un día Pierre quedó embobado con un juguete que el carpintero de la aldea había hecho el día anterior. Era un barco de madera finamente tallado, desde los mástiles hasta la proa del barco, Edric se había ido algunos meses atrás, y supongo que era porque mi madre lo extrañaba que le compró a Pierre ese barco, ese mismo día jugó con él en el riachuelo. Podía recordar verlo jugar mientras lavaba la ropa, y justo ahora me pregunto, si Pierre está jugando con su barco , solo que esta vez en vez de hacerlo navegar en el riachuelo, lo navegaría en el cielo."

Aquella galera, se asemejaba al juguete de Pierre, los marineros habían empezado a izar las velas. Y a subir el resto de los víveres para el viaje a Malta, Ser O'Flannagan les ordenaba a los grumetes a tener cuidado con los barriles de agua. Ya que el agua estaba contada para un solo viaje.

Ser William iba de la mano con Lady Allys al frente cuando subieron por la rampa hacia el interior del barco. Selene se había quedado viendo aquellas inmensas velas, nunca antes había visto un barco tan grande en su vida.

Selene empezó a subir se dio cuenta que Nicole seguía en el amarradero.

--¿Qué ocurre Nicole? —le preguntó la chica.

--Hasta aquí llego yo. —dijo Nicole.—Regresaré a casa.

--¡Que! ¿Por qué?—le preguntó Selene.--¿Qué pasó con tu libro de aventuras que querías escribir?

--Ya tengo suficiente material para terminarlo por mi propia cuenta. —respondió, Nicole.

--No lo entiendo, es por algo... ¿Acaso hicimos algo malo? —preguntó Selene.

--¿Qué ocurre? —preguntó Jaques.

--Es Nicole, dice que ya no quiere seguir. —dijo Selene.

--¡No! —exclamó Lady Allys. La niña había tratado de bajar del barco pero Ser William la detuvo.—Ser William dígale a Nicole que no se puede ir.—dijo la niña.

--Mi lady...

--Dígaselo, ¡Es una orden! —exclamó la niña.

--Lady Allys, no puedo hacer eso, no podemos obligar a Nicole permanecer en un lugar que ella no quiere estar. –Ser William y Nicole se miraron fijamente. Selene pudo notar que algo iba mal.

Esperaba que alguien dijera algo.

--¿Paso algo malo? —le preguntó Selene a Nicole en voz baja.

Nicole abrazó a Selene.

--Cuídate Selene, espero que cumplas tu promesa. —dijo Nicole. –Cuida a Ser William por mi.—dijo Nicole. Y luego rompió el abrazo y se despidió de todos.

Lady Allys fue la que más la extrañó, Nicole continúo caminando en dirección hacia el puerto. Y Selene fue subiendo la rampa. La galera dejó el puerto. Nicole miró hacia la popa mientras el barco se adentraba más en el mar. Entonces notó que Ser William se acercó al lado de Selene.

--God Bless...Nicole, God Bless...

Ser William entonces volvió con lady Allys, la niña continuaba llorando, Y Selene continuaba mirando a la tierra alejarse hasta que finalmente desapareció en el horizonte. El capitán del barco dejo a Lady Allys conducir el timón y le enseñó a navegar en el mar abierto, para que ella dejase de llorar. Y al poco tiempo habían dejado de llorar. No había muchas personas en aquella galera, la mayoría de los marinos que ahí servían eran miembros de la Orden hospitalaria de San Juan Jerusalén.

La Doncella de Hierro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora