17. Confianza rota

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Un capitulo largo por mi tardanza :)








Todo mi alrededor parecía haberse detenido.

—Andrés—dije intentando permanecer fuerte.

Realmente su voz resultó como si me hubieran dado un golpe en el estómago. Si de alguna manera ya estaba un poco mejor antes, ahora me había vuelto a derrumbar.

—Hola, Cielo—él aclaró la garganta—. Ehm... yo quería encontrar a Fernando, y no creí que contestarías, y...

—Sí, ya sé que no era tu intención hablar con la regalada de tu ex novia—solté con rencor—. Y si te estas preguntando que hago yo con el teléfono de Fer, quiero que sepas que me lo prestó. Hace unos días que estoy sin teléfono, porque... porque... ¡Que te importa! Pero si tanta es la urgencia de hablar con Fer, ya te envío su número por mensaje...

—¡Cielo, te amo!—él dijo de la nada y yo me quedé congelada.

Aquellas palabras me tomaron por sorpresa. Poco faltaba para que se me saliera el corazón.

—¡¿Qué?

—Te amo—él repitió con la voz temblorosa—. Y en verdad ya no resisto estar en guerra contigo. Por eso estaba llamando a Fernando, para que me ayude a llegara a ti. En estos días te estuve llamando, pero jamás me contestaste. Por un momento creí que no lo hacías porque no querías...

—Ni aunque hubiera tenido mi celular, no te habría contestado. Sinceramente no quiero seguir escuchando la misma cantaleta, donde siempre quedo como una perra— yo me senté en la vereda abatida—. Y sabes que... mejor cuelgo antes que me sigas lastimando...

—Cielo quiero arreglar las cosas. En verdad necesito que ya no me odies—él soltó un suspiro—. No podemos seguir dándonos golpes sin sentido. En esta batalla que nos estamos dando, a la final solo habrán perdedores, y yo.. yo no quiero eso ni para ti ni para mi.

—Aquí el único perdedor desangrado y mutilado en esta guerra fui yo, así que no temas por ti. Mejor quédate tranquilo porque tú no recibiste daño...

—¡Claro que recibí daño!—él alzó la voz—. Jamás alguien me había hecho tanto daño como tú, y si me dolió todo esto fue porque en verdad te amo.

—Sí aja, ¿por eso me trataste como a tu peor enemigo?

—Aquí los dos nos hicimos daño—él acotó malhumorado—. Tú empezaste y luego yo seguí. Ninguno es inocente en este desastre y tú lo sabes. Los dos fuimos un par de niñitos inmaduros que estuvieron jugando a lanzarse la pelotita. Primero tú me lanzaban algo que me rompía el corazón y luego yo... y así sustantivamente. Fuimos pendejos, y ahora tenemos que afrontar las consecuencias.

Él tenía razón... ambos lo causamos todo. Aunque de alguna manera yo tenía más parte en el desastre. Por mi simple beso con Chris, inició toda la tragedia.

—Supongo que sí—yo me quedé pensativa

—No era justo tratarte de la manera en que te traté. Tú diste todo de ti en nuestra relación, y gracias a que Fer me hizo una visita a mi casa... pues... entendí que no es justo que mande todo a la mierda por un error. Yo no tengo derecho a reclamarte por lo que pasó en esa iglesia. Es que...

—Tienes derecho—interrumpí intentando no llorar—. Yo me equivoqué, y en realidad merecía tu enojo y decepción. Y la verdad no se ni porqué lo hice, solo sé que... me arrepiento. Tú muy bien sabes lo mucho que me arrepentí, y lo mucho que me esforcé en redimirme. Nunca te abandoné. Yo siempre buscaba las maneras de hablar contigo y...

Profecía de un final feliz- Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora