50. Ardiente rojo

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Créditos de la multimedia a:  chris.velez_tecomotodo

Capitulo dedicado a: @lesliealexa_17 y su compinche Nat jajajajaja, siempre me matan de la risa con sus teorías conspirativas. Me alegran el día con sus mensajes, en serio. 

También quiero dedicar este capitulo a: mariana231195 (Muchas gracias, linda por siempre estar pendiente de la novela. Es chévere saber que siempre estás esperando mis actualizaciones) 

Bue... La multimedia dice más que mil palabras jajaja

Chris me miró con atención, y con sorpresa. No movía un musculo y ni parecía respirar cuando me miró tomar de los bordes de mi vestido para retirármelo.

—Dices cosas... extrañas—él respiraba agitado, aunque con una sonrisa suave.

—Las entenderás en mi habitación—yo me acerqué a él y con un tanto de temor puse mis manos en su cuello impulsándolo a acercar su cara a la mía.

—A veces no te entiendo—él tragó duro poniendo sus manos en mi cintura.

Yo pegué mi frente a la de él y sin despeguarle la vista, susurre palabras que solo los dos entendíamos.

—Chico morfina... necesito olvidar—solté con la voz temblorosa—. Por favor, por favor... quiero olvidar.

Supe que él estuvo inseguro a mis pedidos, pasó de cara de confusión a compasión varias veces, hasta que por ultimo ganó solo la compasión.

—A sus ordenes, hermoso enigma—él soltó en un susurró y acto seguido juntó sus labios con los míos.

Yo no iba a ser la única perdedora. Si él con su beso, logró sacar una verdad involuntaria en mi, yo haría que él sacara hasta la ultima verdad sobre mi en su cuerpo y corazón. Necesitaba al menos saber cual era su limite con respecto a "amarme". 

—¿Te puedo dedicar una canción?—susurré en su labios mientras le retiraba su chaqueta por los hombros—. Me siento inspirada. 

—¿En verdad?—él curvó aún más su sonrisa, mientras disfrutaba que lo desvistiera—. A ver. 

—Bésame un poco más y descubramos que canción me inspiras—solté bromista.

—Con gusto, señora—atrapó mis labios y yo tomé de los bordes de su camiseta para retirarla de una sola. 

No podía contarle la verdad con punto y coma, pero bien podría decírselo indirectamente con una canción. Esa idea me había surgido desde que sentí que ya no me podía detener con Chris. Tal vez si él estaba lo suficientemente atento, podría leer entre lineas. 

Iba a zafar sus pantalones pero él detuvo mi mano.

—¿Que sientes por mi?—me dijo con seriedad.

Yo iba a besarlo pero él retiró su rostro a un lado.

—Lo mismo que tú—solté de una sola.

—Sé más especifica—él se acercó a mis labios pero no los tocó. 

Yo introduje mis manos por sus pantalones y él soltó un suspiro ahogado. Sus ojos dilatados ya conocidos volvieron a verme.

—Un amor destinado a no extinguirse—solté con un dolor en el pecho—. Siempre serás el gran amor de mi vida.

Chris sonrió ampliamente a mis palabras y yo me dejé contagiar. Por supuesto él no esperó a besarme como si no existiera un mañana. 

Si supiera el terrible destino que me deparaba esa frase. 

Profecía de un final feliz- Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora