Esta es la historia de dos chicos que tendrán que luchar por no tener su final feliz.
Sí, lo que menos quieren es que se cumpla el destino romántico con final feliz que se les fue escrito en papel. No quieren que sus vidas se rijan a cumplir con lo...
Un último capitulo muuuuy largo para despedirnos jijiji.
Y aunque me duela, duela decírtelo amor Tú eres adictiva, pero tóxica Toda una diosa, pero tóxica
Coff, cofff... perdón por arruinar la narración con mi canto, pero... mi situación requería esta canción.
Creo que por ahora ya no soy el único que piensa que la hermosa Cielo es algo... tóxica. Ella mismo me lo recalcaba tantas veces que hasta me lo terminé creyendo. Pero no solo eso... gracias a ella también me di cuenta que yo no estaba tan lejos de aquella famosa "toxicidad".
Realmente el intentar arreglar aquella "Toxicidad" fue una prueba de fuego que quizás muy pronto conocerán. Realmente fue un milagro que haya sobrevivido luego de aquello.
—Señor, ¿me podría traer un batido de fresa más?—le pedí al mesero que había subido a limpiar una de las mesas cercanas.
—Claro, con gusto—él me sonrió y bajó de inmediato hacia la cocina.
Me encontraba en el segundo piso de un restaurante llamado Johnny Rockets en el aeropuerto, desayunando antes de mi vuelo a Miami. Aún tenía un tiempo antes de ir al check in.
En fin...
Era momento de volver al trabajo, lejos de casa. Aún se me hacía extraño dejar por un largo a mi familia, mis amigos, y... Cielo.
Todo lo que pasé en las ultimas semanas, realmente fue intenso. Nunca creí tener la "suerte" de vivir una historia de fantasía, tal como la había visto en varias series. Era todavía irreal saber que hay magia en el mundo, y también era aún poco creíble que yo fui sometido a un embrujo de amor.
Realmente no puedo decir que noté la diferencia entre el amor real y el mágico. Para mi fue como si nada pasará. Para mi no fue como si despertara de un sueño, para luego salir corriendo de Cielo.
—Aquí tiene—me dijo el mesero, poniendo en la mesa mi batido.
—Gracias—le dije amablemente, y volví mi vista hacia mi celular.
No me sentía aún preparado para la vida normal, no cuando lo que viví fue extraordinario. Y no solo me refiero a la profecía, o maldición o todo lo raro, me refiero también a lo que viví con Cielo. Con ella viví muchas experiencias que nunca viví con alguien.
Nunca había dormido en casa de una chica tantas veces como lo hice con ella. Nunca me alié con alguien para criar un perrito. Nunca me gustó tanto hacer de papel de padre responsable (Padre perruno) que dejaba la salida de bebidas con los amigos, solo porque la mamá (Cielo) estaba preocupada de que Sol jadeara más de la cuenta. Nunca me volví adicto a permanecer tanto tiempo junto a una chica, así sea para mirarla ignorarme porque estaba perdida en un serie. Nunca necesité tanto del cuerpo de una chica, a tal punto que no pensaba más que en que llegue la noche para tener de excusa recostarme a su lado y pedirle una noche apasionada donde la amaría sin limite. Nunca... nunca... nunca... me imaginé jurando matrimonio. Nunca... nunca... nuuuuuuuunca, me imaginé a mi mismo deseando un bebé, como lo hice con Yuli. Al final de todo terminé anhelandola.
En fin, me faltaría tiempo para contar todo lo que nunca hice, pero que por ella sí.
Hasta el momento no entendía que tenía Cielo, que me transformaba en otra persona. A veces me trasformaba en el buen sentido y otras... mejor ni les digo.
—Pequeña estrellita—murmuré al ver una de sus fotos en Instagram.
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