49. Adiós

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Por las 100 estrellitas, ahí les va jejeje. Creo que este cap es algo largo jijiji.



Cuando llegué a la cocina, no me percaté de que mis manos temblaban. Los nervios me empezaban a recorrer pues extrañamente quería seguir actuando como su novia. Moría por volver a besarlo, tocarlo, acariciarlo y seguir metida en el mundo del amor con él pero... sabía que tal vez solo era la costumbre y la nostalgia las que hablaban por mi.

—Mierda—me dije a mi misma entrando a la cocina y sentándome en una de las sillas altas—. No debiste volver.

Me sostuve la cabeza con las manos, desesperada por toda la ola de sentimientos y pensamientos que Chris provocó en mi. En el fondo yo sabía que eso que sentí no lo podía confundir con amor. El tiempo que vivimos juntos no pudo haber provocado sentimientos tan reales y fuertes.

—No te puedes enamorar de él, Cielo Rojas. Ni siquiera te ama—solté frustrada dándome un golpe en el cachete como intento de reaccionar.

Necesitaba algo que module las esperanzas que surgían en mi. No era justo confiarme de ellas. Yo tenía todas las de perder. Ni aunque él me haya venido a confesar que terminó con Lu, era motivo suficiente para creer que podría haber un futuro para los dos.

Él no era para mi.

Me levanté de la silla y a paso rápido fui hasta la refrigeradora para tomar una jarra de jugo de naranja. Como necesitaba algo de líquido para calmarme, me serví un vaso y mientras bebía lentamente empecé a buscar con desesperación a la persona que fui antes de la profecía.

Necesitaba un reencuentro con la Cielo antes de Chris.

Dejé el jugo un momento y cerré los ojos fuertemente. Mi cerebro ventajosamente me ayudó a retroceder en el tiempo. Así fue como encontré mi hermoso pasado junto a un chico dulce y dedicado llamado Andrés. Recordé los momentos mas importantes que pasé con él y la manera en que me apoyaba y me amaba con cada fibra de su alma. Recordé también el dolor desgarrador que me provocó su perdida. En verdad me costó mucho superarlo y si no hubiera sido por la profecía quizás nunca lo habría logrado. Ni siquiera el propio Chris logró sacarlo de mi corazón las primeras veces. 

—Mami, tú me metiste en esto. Ayúdame salir—yo me acurruqué contra el sillón abatida—. Prometiste que mi corazón no saldría moribundo.

Si mi madre me dijo que sería fácil culminar una relación con Chris gracias a todo lo que hizo con Sara, entonces ¿porque sentía como si mi corazón empezará a ser apuñalado?

Aunque no lo quería admitir, sabía que lo iba a extrañar como la mierda. No era nunca fácil dejar por siempre a alguien que te dio felicidad pura. 

—Adiós, bonita aventura—me senté en el sillón y le di un vistazo al piso de arriba. Sin querer mis ojos se pusieron cristalinos a saber que su presencia estaría próxima a extinguirse de mi vida. Sus carcajadas ruidosas de loco, sus chistes pervertidos, sus bromas de mocoso, su amabilidad, ternura y su personalidad cálida que le dio luz a mi vida en momentos de oscuridad ya no estarían para mi.

—¿Qué mierda haces Cielo?—me mordí el labio.

Tenía que irme pronto, y me frustraba tanto tener que irme sin saber la verdad sobre mis sentimientos por Chris. 

Tal vez si lo amaba, esta sería la ultima vez que se lo podría decir pues ya no estaría al día siguiente.

—De ninguna manera le dirás—dije de inmediato al sentir a mi orgullo enfureciéndose por mis pensamientos.

Profecía de un final feliz- Christopher VélezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora