Descanso.

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Estábamos posponiendo los demás días de filmación para hacer actividades de integración, nos ayudaría a poder relacionarnos mejor, más que nada a los actores, pero era importante que todos participáramos, pues todos nos veríamos todos los días.

André era director y actor, pero él solo hacía papeles pequeños, así que el co-productor era Fred, un hombre de 40 años, que era muy cercano a André. 

Fred nos propuso que deberíamos tener una fiesta para celebrar el comienzo de la filmación, todos estuvimos de acuerdo en que fuera en la playa con parrilla y fogata.

El día de ir a la playa me encontraba tirada en mi cama hasta tarde, pues no tenía ganas de ir absolutamente a ningún lado, me sentía cansada de haber tenido tantas emociones, sentía que un poco más de aquello y mi corazón explotaría en mi interior. No quería morir tan joven.

DING DONG. – Sonó el timbre. Me levante y bajé, me asomé por el ojo de la puerta y miré la melena rubia de Aurora, abrí y ella no esperó a que le dijera que pasara, solo entró corriendo escaleras arriba, en dirección a mi habitación.

-Bienvenida, estoy bien, claro, pasa... - Dije sarcásticamente para mí misma, rodee los ojos, cerré la puerta y subí. - ¿Y ahora que sucede? – Dije entrando en mi habitación y aventándome sentada a la cama.

-Cariño. – Dijo con dos bolsas de shopping en las manos, no las noté antes. – Te traje algo, son bañadores, por favor pruebatelos.

-No es necesario, Aurora, ya tengo bañador.

-No, no tienes – dijo yendo hacia uno de los cajones de mi closet, sacando mis dos únicos bañadores y tirándolos al cesto de la basura. Sonrió ámpliamente.

-¿Qué... ¡Carajos te pasa Aurora?! – Me exalté, fruncí el ceño, arrugué la nariz y enseñé mis dientes, con una interrogante en el rostro.

-Nena, me lo agradecerás – Empezó a sacar cuatro bañadores de las bolsas

-Te lo agradezco, pero no necesitaba bañadores nuevos.

-Claro que sí, debes verte ¡di-vi-na! – dijo emocionada.

-No hay nada especial, solo iremos a la playa, Aurora...

-¿Nada especial? – Levantó la ceja. – ¿A caso no viste el bombón que va a trabajar con nosotros?, Jaz, Asa Butterfield te verá, bueno, ¿qué digo?, el ya te ve, te mira, te observa, ¿qué digo?, te COME con la mirada – Resaltó la palabra "COME".

-Claro que no, ni siquiera debe notarme, es un chico ocupado... Además, ¿por qué fijarse en mi, si estás tú?, eres más guapa. – Dije sonriendo.

-Chica, yo sé que soy guapísima, pero yo tengo que esforzarme para ello, tú irradias belleza, cariño, además, aunque me gustaría que el hombre me mirara y me desnudara no solo con la mirada – Se mordió el labio mientras sonreía, parecía imaginarlo. – La verdad es que pareces gustarle tú. – Su sonrisa se hizo más pequeña y se posicionó al lado derecho, levantó la ceja.

-Estás loca, amiga – Dije sonriendo.

-Lo estoy, pero los locos, niños y borrachos, siempre decimos la verdad, así que vete a bañar y pruébate estos bañadores. Yo esperaré aquí. – Dijo sacando un libro de una de las bolsas y sentándose en el sillón que había dentro de mi cuarto.

-Bien. – Dije sin dejar de sonreir y rodeando los ojos. Tomé todos los bañadores y me metí al baño.

Cuando terminé de bañarme, me probé el primero: consistía de tres piezas, monótonas, un sostén blanco con lunares azul turquesa y la braga igual, y un pareo blanco.

Emotions.Where stories live. Discover now