Mudanza.

4 1 0
                                    


Tenía ya algunos días saliendo con Cole, literalmente. Ibamos al parque, a cenar, o simplemente se quedaba el día entero conmigo, de vez en cuando tenía que irse para atender cosas de trabajo, pero no soportaba mucho y regresaba. Era como en el pasado, para mí era como si fuese mi amigo pero con la variación de que ahora quería besarme todo el tiempo y decirme "amor", aunque no habíamos tenido sexo. Los días que trabajaba, él iba por mí y me llevaba a casa, cenábamos juntos y pasábamos un buen rato solamente hablando.

Cole estaba planeando viajar dentro de dos semanas de regreso para organizar todo y volver a Londres.

-Tal vez tenga que seguir en el mismo departamento en el que estoy ahora mismo, aunque, no me iría mal uno más cerca de tu casa.

Yo solo lo miraba y escuchaba hablar mientras me comía mi sándwich. Asentí con la cabeza.

-Me gusta tu actual casa. – Dije cuando tragué mi bocado, después volví a morder.

-Y a mi... - Mordió su sándwich, masticó lento, y después de medio minuto, me miró como si la respuesta a todos sus problemas hubiera surgido. Tragó rápidamente y soltó: - ¿Y si me mudo contigo?

De repente dejé de masticar y mi cerebro no hizo las conexiones necesarias para coordinar mis actos, quise respirar antes de tragar, por lo que terminé ahogándome y tosiendo como si se me fueran a salir los pulmones.

-¿No te gusta la idea? – Preguntó.

-No... - Dije procesando lo que tenía que decir. Estaba en pánico. Miré su cara, parecía que no se esperaba esa respuesta. – Digo, sí... bueno, es una buena propuesta. – Tomé un sorbo de mi jugo. – Pero creo que esto está yendo muy rápido, ¿no?

-No lo sé, siempre hemos ido rápido, por ejemplo, tuvimos sexo antes de andar. – Levantó la ceja y sonrió de lado.

Volví a toser.

-Sí, claro. Pero, ahora se supone que estamos saliendo... nos estamos conociendo mejor... no queremos arruinarlo, ¿o sí?

-¿Y si nos arriesgamos?

Lo medité un momento. Miré su perfecto rostro y sus ojos azules mirarme fijamente cual cachorro frente a su amo cuando come, suplicando que le tirara con un trozo de mi... ¿hogar?, ¿amor?, ¿qué?

Estaba segura de que Cole se estaba ganando mi corazón, y no teníamos nada que perder, éramos dos adultos de mente abierta, con cariño el uno del otro y responsables, o eso parecía.

-Está bien, nos arriesgaremos, intentémoslo. – Sonreí con la esperanza de no haber parecido forzada.

Cole estaba siendo tan lindo conmigo, después de todo...

Emotions.Where stories live. Discover now