Bienvenida

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-Cuidado, voy a atropellarte.... – Dijo Cole mientras entraba detrás de mí a la casa.

Estaba metiendo sus cosas, las cuales en realidad no eran muchas, pues solo se trataba de ropa, algunos libros, su computadora y esas cosas importantes que solo metimos en dos viajes del coche al interior de la casa.

-Bueno, decidirás en donde dormir, tengo dos habitaciones arriba, una es en donde Aurora siempre se queda y la otra es la mía, aquí abajo también está otra pero deberíamos sacar todo lo que hay dentro.

-¿Me permitirías dormir contigo?

Sonreí. – Bueno, - Me acerqué a él, me pegué a su cuerpo y puse mis manos en su pecho, acariciándole. – No tengo ningún problema con eso, me encantará que duermas conmigo. – Por último subí mis brazos a su cuello y lo abracé.

Últimamente Cole estaba haciendo muy fácil todo para mí. Su voz me tranquilizaba, su presencia, sus ojos, sus labios y su tacto, por lo que se volvía más frecuente que lo abrazara y que me portara cariñosa con él.

-Me alegra que hasta ahora todo esté funcionando. – Me dio un beso en la frente.

-Y a mí.

Realmente me alegraba que todo estuviera yendo bien, aunque todavía faltaba el proceso de adaptación. Me había acostumbrado a vivir sola mucho tiempo.

-¡Toc, toc! – Dijo Aurora abriendo la puerta y entrando con una canasta que olía a pan colgada en el brazo, sus llaves en la mano y una botella de vino en la otra. – ¿Interrumpo algo?, traje vino para la bienvenida de Cole. – Cerró la puerta. – También traje comida.

-¿Cómo supiste que se mudaba hoy?

-Por supuesto que tú no me ibas a decir, pero tengo mis contactos. – Caminó hacia la mesa de centro en la sala y puso la canasta y el vino. – Así que vine a molestar un rato. – Sonrió ampliamente.

-Claro...

-Muchas gracias Aurora. – Dijo Cole acercándose para tomar la botella de vino e inspeccionarla. – Mmm... de los buenos. – Alzó las cejas y se dirigió a la cocina.

-¿Aurora qué tal que hubiéramos estado follando? – Le susurré.

-Bueno, lo hubiera sabido por tus gritos, ¿no?, hubiera esperado a que terminaran.

-¿Y si hubiéramos estado justo aquí?

-No lo sé... oye... no pasó, eso es lo importante. Alégrate, ¿a caso no estás feliz de poder tener aquí a Cole?

-Claro pero... no estoy segura de todo... no me hagas hablar ahora, ¿sí?

Nos quedamos calladas unos segundos y nos sentamos en el sofá. Cole volvió con copas y unos platos.

-Bien, creo que deberíamos comer antes de que se enfríe, ¿no?

-Sí. – Dijo Aurora acercándose para ayudar a Cole a servir comida en los platos. – Sírvete, floja.

-No, yo soy la reyna ahora mismo, ustedes me sirven a mí. – Bromee.

-Yo te serviré, mi reyna. – Dijo Cole.

-Gracias. – Hice una seña con la mano para que siguiera sirviendo.

Sonó el teléfono.

-Disculpen un minuto a su reyna. – Tomé mi teléfono y miré la pantalla:



"Asa ♡"

Emotions.Where stories live. Discover now