Emotions.

Esperar.

Después del beso con Asa, me había convencido más de que quería irme, aunque también quería quedarme en sus labios, quería quedarme en su cuerpo, en sus hombros, en su cuello, en su aliento, quería quedarme en él. Pero eso era parte de una utopía que yo no me podía permitir en ese momento, pues al final de cuentas seguía teniendo una relación formal con Cole.
Lo sé, me sentí como una perra... Cole solo había sido lindo conmigo todo ese tiempo, y justo por eso debía irme, alejarme de  los dos. Justo por eso quería volver a hacer mi vida lejos, en donde nadie estuviera herido por los dramas de mi vida.

Después de esos besos, que parecían no terminar, aparté a Asa y me mordí el labio.

-No puedes ir por la vida besando así a las personas, ¿sabes?... Asa... -sus ahora calientes labios volvieron a los míos. - mmm... - saboree el beso y me volví a apartar. - tenemos que hablar - comencé a hablar entre besos. - me tengo que ir... yo... - no dejaba de besarme, quería callarme con eso, pero no podía permitirlo. Lo aparté con mis manos en su pecho y me incorporé para hablar. - Asa... tengo que hacerlo...

Al final, dejé de besar a Asa, y le hablé sobre lo que quería. Deseaba con todas mis fuerzas que solo fuera un sueño y que no me tuviera que ir, pues yo sentía como si lo acabara de conocer y fuera un enamoramiento de primera vez, pero él sabía que no era así, sobre todo Cole.

Asa lo entendió muy forzosamente, pero al final lo hizo. Tal vez él sabía que era lo correcto.
Me despedí de él en la puerta de mi casa, ya no tendría que volver para "cuidarme".

Antes de salir, se acercó a abrazarme, me tomó entre sus brazos y acarició mi cabello.

-Solo para que sepas, esta fue la primera vez que nos besamos. Nunca antes lo habíamos hecho... - me miró y sonrió tristemente. - voy a extrañarte, sobre todo después de esto... - volvió a besarme.

Esta vez pude sentir la despedida en ese beso, me lo dio lento, como si quisiera no acabara, o tal vez yo no quería que acabara. Y ahí estaba la respuesta a mi confusión, ese beso era lo que anhelaba. Esos labios eran lo que necesitaba. La vibra, la fricción y el calor de sus labios, fundiéndose con los míos y encajando como si estuviéramos hechos a la medida y recortados a la mitad.

-no voy a olvidarte nunca. - susurró. - voy a esperarte todos los días hasta que decidas volver.

Se apartó de mí y salió de mi casa. Cerré rápido para no arrepentirme mientras lo miraba irse.

Lo que seguía era  llamar a Cole.