Eran ya las 9 de la noche, la grabación se había extendido un poco más de lo normal, pues tuvieron una junta improvisada. Organicé todo el maquillaje en los tocadores, me cercioré de que el vestuario estuviera limpio y en su lugar, me despedí de todos al salir, tomé mi abrigo y me fui directo al estacionamiento. De camino allá, escuché pasos apresurados detrás de mí, de pronto sentí una de sus manos tomando mi muñeca, haciendo que volteara a verle.
-¿A dónde vas tan rápido? – Preguntó Aurora. – ¿No vas a contarme lo que está pasando entre tú y ese delicioso chico?
-Aurora, no seas sucia. – dije en tono de burla, me volteé y seguí caminando. – El chico solo intenta hacerme sentir tímida.
-Claro que no, se ve que le gustas, no deja de mirarte. Incluso hemos pensado que deberían de correrte, eres una distracción para el chico.
-Oh claro, porque soy tan guapa. – Hablé con ironía. Llegamos a mi coche y puse mis cosas sobre el techo de éste para buscar mis llaves en el bolso.
-Pues pregúntaselo a él, no deja de mirarte.
En ese momento, sonó mi teléfono desde algún lado, en las profundidades de mi bolso. Lo busqué sin éxito de encontrarlo, incluso escuchándolo sonar, pero justo cuando la llamada se colgó, encontré el teléfono en una bolsa externa a la bolsa donde lo estaba buscando.
-Genial, hablando del rey de roma y pierdo la llamada. – Dije en voz baja.
-Vez, te lo dije, el hombre se muere por ti.
-¿Cómo consiguió mi número? – Miré a Aurora con los ojos entrecerrados, juzgándola.
-Ah, no he sido yo. – Alzó las manos.
Volvió a sonar el teléfono. – Él otra vez. – Miré con cara de susto a Aurora. Contesté: - ¿Sí?
-¿No estarás huyendo de mí, o sí? – Su voz se escuchaba divertida.
-Obvio sí, me da un pavor verte, podrías ser un vampiro.
-Sí, podría serlo, así que te pido que cedas ante mí y me dejes robarme tu delicioso tiempo.
-El tiempo no es algo que coman los vampiros. – Reí. – Eres algo soso, ¿no?
-¿A caso no has oído hablar de vampiros emocionales?
-Claro, pero no vampiros de tiempo. – Reí de nuevo.
-¿Qué te parece si vamos a mi casa? – Dijo.
-¿Qué?
-¿Estás acostumbrada a contestar una pregunta con otra pregunta?
-¿no es a caso lo mismo que estás haciendo?
-Touché. Mujer inteligente. Mira... Vamos a mi casa, y cenamos. te prometo que podremos ver las estrellas.
Aurora me miraba insistentemente con una sonrisade incógnita dibujada en los labios, y yo derribada, recargada sobre mi coche. Entonces se escucharon unos pasos y su voz ronca, tanto en el teléfono como a mis espaldas, diciendo: - Entonces, ¿Mesigues?
Voltee para verlo caminar en mi dirección, se detuvo a unos tres metros, en medio del pase vehicular y me miró con una atractiva sonrisa.
-Te sigo. – Contesté con una sonrisa, que desde kilómetros se notaba que estaba rindiendo ante él.
Aunque en mi mundo, no era un secreto que Asa me tenía volando, por lo menos esperaba que él estuviera haciendo más esfuerzo del que estaba acostumbrado a hacer.
-Genial. – Dijo, colgó su teléfono y se dirigió desde ese punto, hacia donde estaba su coche, el cual no estaba tan lejos del mío.
Aurora me miró con cara de entre "Te lo dije" y "¿Qué está pasando?" y se alejó yendo hacia su coche, haciendo señas de "llámame".
Encontré mis llaves en el fondo de mi bolso, abrí mi coche y me subí para después seguir a Asa hacia su casa. El trayecto fue de alrededor de 20 minutos, en los cuales iba bastante relajada con canciones de Coldplay.
Al llegar al lugar en donde Asa se estacionó, me di cuenta que realmente no era una casa enorme como pensaba que sería, se trataba de una casa normal, común, y jamás hubiera pensado que un chico tan famoso como él viviría en ella.
-Wow, que linda casa. – Susurré para mí misma al bajar del coche.
-Bienvenida. – Dijo él frente a la puerta de su casa, que ya se encontraba abierta.
Entré a la casa del chico, esta era una casa completamente moderna por dentro, cuando por fuera parecía incluso antigua. Pasé mis ojos por todos los sitios posibles mientras me adentraba a la casa. Asa cerraba la puerta y caminaba al interior de la casa.
-Tu casa es realmente hermosa. – Dije.
-Gracias. Es un poco pequeña, ¿no?
-Es perfecta.
Asa me miró con una sonrisa y luego empezó a subir por las escaleras. Lo seguí, seguimos subiendo por otras escaleras al fondo del pasillo, un tercer piso, y entonces abrió la puerta del fondo.
-Bienvenida a mi lugar favorito. – Dijo sonriente.
Parecía un niño al mostrarme aquél lugar, y con mucha razón, pues su emoción era por mostrar su lugar favorito, un lugar precioso, lleno de plantas, había unos cuantos sillones alrededor y una pequeña mesa de madera en medio. El techo, no habría de describirlo mucho, pues con mencionar que era parecido al de la recamara de "Hey Arnold" podrán entenderlo.
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Emotions.
FanfictionMaquillista en el set de filmación de una nueva película independiente, conoce a uno de los mejores actores juveniles de la actualidad.