Una llamada.

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Dudé algunos segundos entre contestar o no, al final decidí hacerlo, pero cuando quise pulsar, se canceló la llamada. Sentí un alivio por dentro por no contestar, no era el momento de hablar con él, no podía estropear mi vida en ese momento.

-¿Quién era? – Preguntó Cole.

-¿Porqué no contestaste? – Preguntó Aurora justo después de él.

-Era un número desconocido. – Mentí. – Y estuve dudando para contestar, pero cuando lo decidí, se canceló la llamada. – Al menos esa parte era verdad.

Mi primera mentira de pareja.

-Qué extraño... bueno, ya nos he servido, cariño, comamos. – Cole me extendió un plato lleno de comida y una gran copa con vino. – Antes de comenzar. – Dijo acomodándose en el piso. – Quiero brindar por ti, Jaz, para darte las gracias de aceptar estar conmigo, y sobre todo darme la confianza de poder venir a vivir contigo.

-Awww. – Aurora no pudo aguantar.

Chocamos las copas.

-Oh, eres tan dulce. No tienes nada que agradecer. Pondré toda mi confianza en ti, te quiero, Cole. - ¿Qué? Era la primera vez que lo decía, pero de verdad lo sentía.

-Demasiada miel, vamos a comer. – Aurora comenzó a comer metiendo un gran bocado a su boca.

Estuvimos tranquilos platicando y comiendo.

-Entonces, André se calló y parecía – se interrumpió ella misma con una carcajada, la cual Cole y yo secundamos. Su risa era demasiado pegajosa. – parecía aspas de helicóptero por como dio vueltas. Debieron haber estado ahí.

Por lo menos yo no podía imaginar lo que había pasado, pero su risa era tan contagiosa que empezamos a reír hasta que nos doliera la panza. Entonces, sonó de nuevo el teléfono.

"Asa "

Mi sonrisa se empezó a apagar poco a poco, pero al parecer supe discimular porque seguía riendo mientras salía de ahí.

-Discúlpenme un momento, chicos. Tengo una llamada. – Me levanté como si no estuviera aterrada de contestar. – Hola, ¿qué pasó? – Contesté a tiempo.

-Hola Jaz. ¿Cómo estás?

-Muy bien, gracias. ¿y tú? – Voltee a ver a los chicos, parecían muy entrados en su plática, pero no quise que se dieran cuenta de nada, así que me dirigí a la cocina y salí por la puerta trasera al patio.

-Estoy bien, gracias.

-Que bueno, Asa. – Su nombre sabía a caramelo sobre mi lengua. - ¿A qué se debe tu repentina llamada?

-Pues... hace rato te llamé. ¿Viste?

-Oh, sí... es que no alcancé a contestar, lo siento.

-Está bien, por un momento pensé que me estabas evitando.

-No, para nada. – Mentí. - ¿Qué pasó?

Al parecer me estaba pareciendo muy fácil mentir ese día.

-Es que, quería saludarte, hace mucho que no te veo, y recordé aquella vez que viniste a mi casa, comimos pasta y vimos el cielo, ¿recuerdas?, fue un muy buen momento.

-Claro que sí, es uno de mis mejores recuerdos. – Lo último salió de mí como si de vómito se tratase, por un momento me sentí urgida por ver a Asa.

-Que bueno, yo me siento igual, así que me preguntaba si te gustaría volver a venir.

Mi mente se quedó en shock en ese momento, aunque ya lo veía venir, el escuchar sus palabras me hizo tener un sentimiento de irrealidad, de esos que solo con él me pasaban. Al parecer me quedé bastante tiempo en shock, pues él volvió a hablar.

-¿Jaz, estás ahí?, No te escucho...

-Lo siento... - Contesté. – Es que, me distraje un segundo.

-¿Entonces?

-No lo sé, tengo que pensarlo y hacerme un espacio en la agenda, trabajo casi todo el día y los fines de semana estoy comprometiéndome en algo que es nuevo para mí. – Eso no era mentira.

-Oh... ¿y qué tal si vamos a comer tú y yo después de tu trabajo?

-Después de... - Balbucee intentando procesar lo que él decía. – No lo sé, Asa...

-Yo sé que te decepcioné. – se apresuró a decir. – Creo que los dos teníamos algo especial y lo arruiné.

-¿De qué hablas, Asa?

-De lo que pasó cuando estaba grabando, yo sé que te pude haber insinuado que me gustas, y es que es así, y sé que yo a ti. – Mi corazón se paró por un segundo y quise brincar de la emoción que tenía en ese momento. – También hablo de cuando te fuiste, lo que pasó con clara y todo eso.

-Todo eso no tiene importancia, Asa. Además creo que estábamos siendo como cualquiera... jugando a coquetear y esas cosas.

-Pero es que, me importas.

-No me conoces tanto, Asa.

-Jaz, esta no parece ser una conversación que se hable por teléfono, ¿Quieres salir a tomar un café?

-Mira, tienes razón... y te tomo la palabra, pero no podemos hoy, ¿te parece si el lunes después de que yo salga de mi trabajo?

-¿A qué hora?

-Como a las 4, ¿está bien?

-Sí, claro, paso por ti, mándame la ubicación.

-Sí. Entonces, nos vemos, Asa. Cuídate.

-Cuídate también, linda. Espero con ansias verte.

No pude evitar sonreír con la última frase.

-Adiós, Asa. – Colgué.

Por un momento no pude creer que haya hecho una cita con Asa para tomar café, o algo así... Iba a verlo de nuevo, y acababa de confesar que le gustaba, lo escuché de sus palabras. Me parecía, de nuevo, irreal la situación. Asa Butterfield me dijo que le gusto y que quiere salir a tomar café conmigo.

Y luego estaba Cole en mi sala, tomando vino con mi mejor amiga, hablando probablemente de lo cómodo que él se va a sentir viviendo en esta casa conmigo, o quién sabe, con lo soñador que es el hombre, tal vez estuvieron hablando de los planes que él tiene en futuro conmigo.

Era obvio que tenía que poner una barrera con Asa y decirle lo que estaba pasando últimamente en mi vida. Decirle que lo nuestro no podía ser porque estaba en una relación con Cole y que estábamos viviéndo juntos. Era lo que más me dolía, decirle que no podíamos tener nada. 

Emotions.Where stories live. Discover now