Emotions.

Cena incómoda

-Hola, tanto tiempo sin verte. – Me alejó de él y me miró – Vine a verte, y me doy cuenta que tienes otra visita esperando.

-¿Visita?

-Cole...

En ese momento el resto del entorno volvió a mis ojos, voltee a ver al chico rubio que estaba parado frente a uno de mis sillones a espaldas de Asa. Sus ojos azules tenían cierto misterio reflejado en ellos, algo que no quería soltar, algo doloroso.

-Ah, él... yo... - No podía dejar de ver a Cole. Pero al final voltee a ver a Asa y me aparté de él para ir rápido con Cole. – Él no es una visita. Cole vive aquí. – Tomé la mano de Cole, sonreí y voltee a verlo.

Cole parecía sorprendido, tan sorprendido como Asa, que a pesar de que Cole fue el que le abrió la puerta, no dedujo que Cole viviera en mi casa.

-Entonces, ¿Están saliendo?, ¿A caso se casaron?

-No, no, claro que no, solo somos pareja, pero ya que Cole vive lejos, decidió que viviría aquí para no tener que estar rentando ese costoso lugar de siempre. Vivimos juntos.

-Valla, que sorpresa. – Dijo Asa algo confundido. Bajó la mirada unos segundos y luego regresó su vista a Cole. – Que suertudo, amigo.

-Gracias. – Dijo Cole.

En ese momento, sentí ciertas miradas de rivalidad entre los dos. No me gustaba la situación, para nada. Era muy incómodo estar con los dos al mismo tiempo en una habitación.

-Y... Dime, ¿a qué se debe tu visita, Asa? – Pregunté para romper el hielo.

-Vine a invitarte a cenar, pero creo que ahora debo invitar por dos, ¿no es así?

-Claro que sí. – Dije. – Pero, no te haré gastar por dos, ¿qué tal si cocino esa pasta que te gusta, para los tres?

-Esa es una mejor idea.

Asa parecía luchar por pasar un buen rato, después de todo no saldría corriendo, ¿o sí?

-¿Cómo que la pasta que tanto le gusta?, a mí nunca me has cocinado. – Se quejó Cole.

-No vamos a hacer un drama de esto. – contesté mientras caminaba hacia la cocina y ellos me seguían. – Una vez cociné para Asa, salimos de una filmación y decidimos pasar un buen rato, terminamos haciendo pasta y durmiendo en el piso.

-Parece divertido. – Dijo Cole, parecía celoso.

Los dos se sentaron en la barra y les pasé algunos ingredientes para que pudieran preparar una ensalada. A Asa le di carne para que la cocinara.

-Desperté asustada el día siguiente porque pensé que había trabajo. Pero no.

-¿Qué hago con la carne? – Preguntó Asa.

-Lo que te parezca bien, sé que cocinas bien, así que haz magia.

-Así que dormiste ahí toda la noche...

-Síp.

Intenté hacer de eso lo más normal posible. Después de todo Cole era mi pareja y merecía saber esa parte, una de las razones por las que me enamoré de Asa, obviamente no incluí las conversaciones profundas y los comentarios coquetos que hacía Asa.

-Sí, ¿y qué tal que los invito a pasar una noche en mi casa? – Dijo Asa para fomentar la confianza. – Los tres. Si quieres puedes invitar a Aurora, Jaz.

-¿Enserio?, ¿Estarías bien con ello?

-Oh, claro.

-Genial, gracias.

Cocinamos lo más rápido que pudimos. Al poco rato el ambiente parecía más tranquilo, así que servimos y cenamos los tres.

-¿Cole, no tienes trabajo en América?

-Tengo algo dentro de dos semanas, después de eso tengo una semana libre y eso... creo que me quedaré allá más o menos por un mes.

-No me habías dicho eso, Cole...

-Perdón, hoy me pasaron la agenda de los próximos tres meses, estaré lejos un tiempo, cariño.

-¿Solo ese mes?

-Tal vez más, depende de qué pase con las fechas y los pendientes.... ¿Y tú Asa?

-Yo solo tengo proyectos aquí por los próximos cuatro meses, después me toca ir a L.A., me invitaron a un evento a modelar unos trajes. Ya vi los modelos, están geniales.

-Que bien, Asa. – Dije. – Tengo entendido que todo lo que te pones se te ve muy bien.

-No todo.

-¿Y a mí? – Preguntó Cole.

-Claro, cariño, eres muy guapo.

Noté que entonces Cole se puso un poco pesado, realmente estaba celoso, pero lo ocultaba muy bien... para los demás, no para mí. Tenía experiencia con su forma de hablar. Aun así, todo parecía ir bien. Hasta que Asa se fue.