Sexo Casual

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Fui a "la fiesta del año" con aurora. Siempre se empeñaba en sacarme a todos lados con el objetivo de conseguirme pareja. No le bastaba verme sufrir todo el tiempo, charlando con tipos que no me interesaban en absoluto. Había solo un par de ojos en todo el mundo que me interesaban, y no se encontraban en aquél bar de hotel cerca de la playa.

-Oye, amigo – Interrumpí al chico que no paraba de hablar.

-Dime. – Sonrió encantador.

-Mira, eres lindo y todo, pero en realidad no me interesas, ¿sí?, solo estoy complaciendo a Aurora, charlando contigo para que ella crea que estoy superando ciertas situaciones. Espero que no creas que llegaremos a ser algo o volver a vernos.

El chico se quedó casi boquiabierto, sus ojos que estaban tremendamente abiertos, de repente se entornaron, y una sonrisa divertida se asomó en sus gruesos labios. – A mí tampoco me interesa mucho. – Dijo después de unos segundos. – Es agotador charlar sobre cosas cuando sé que no me estás escuchando. Sabes, eres la chica más interesante, guapa y sexy en este lugar, y yo solo quiero tener sexo, ¿te parece si nos saltamos toda esta cortesía y nos vamos a algún lugar más privado?

Era descarado, la propuesta más imbécil y cruda que había escuchado jamás. Pero el chico estaba siendo sincero y me agradó, además era guapo, cualquier chica en este bar querría tirarse sobre él.

"¿Y por qué no?, después de todo, el chico gusta de ti, y no puedes negar que esperaste durante años para conocerlo... lo tienes enfrente, déjate de idioteces, por favor." – Pensé.

-Bien, pero te diré algo, si no me haces sentir por lo menos algo, te lanzo lejos y me marcho.

-De acuerdo. – Dijo él con una amplia sonrisa.

Se levantó del asiento y extendió su larga mano hacia mí, la miré detenidamente y luego regresé mi mirada a sus pequeños ojos azules, se acomodó el cabello rubio, parecía más una seña de desespero que de coqueteo. Tomé su mano y nos dirigimos al ascensor.

-¿Te hospedas aquí?

-Sí. – Dijo mientras esperábamos que el ascensor bajara.

Entramos cuando las puertas se abrieron, Cole apretó los números y comenzamos a subir, justo después, él se fue contra mí y me acorraló en la pared del ascensor. Lo miré sorprendida, o asustada, ni siquiera estaba segura, y él comenzó a besarme como nunca alguien lo había hecho.

El beso se cargaba de pasión y deseo, sus dedos se enredaron en mi cabello y una de sus manos acariciaba mi espalda por debajo de mi blusa. Mi cuerpo comenzó a estremecerme bajo sus dedos expertos rosando mi piel, y mis pulmones me pedían a gritos respirar. Al parecer, él los escuchó, pues se apartó de mis labios y se desvió hacia m cuello, besando y lamiendo suavemente. Me apretó fuertemente contra su cuerpo, y me apretó el trasero. En mi vientre, podía sentir chocar contra mí ropa su grande y dura erección. Mis manos se encontraban enroscadas a él, y me sentía incapaz de resistir el no poder apretar su cabello.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, él se apartó con rapidez, me tomó de la mano y me llevó a lo largo del pasillo, sin importar que tres personas paradas fuera del ascensor se acabaran de dar cuenta de lo que estábamos haciendo ahí dentro.

Llegamos a la habitación del fondo, abrió rápidamente la puerta, y cuando la cerró, se volvió contra mí para sacarme la ropa y llevarme a la cama lo antes posible. Comenzó a besarme como antes, una vez que estuvimos desnudos sobre la cama, pero esta vez me tomó por sorpresa, de pronto, sentí sus dedos rozando mis labios mayores muy suavemente, apenas y podía sentir su tacto, pero eso me hacía desear un poco más. Lo tuve.

Emotions.Where stories live. Discover now