Capítulo 16

24.7K 2K 1.6K
                                    



MIRA DÓNDE ESTOY

El mensaje iba acompañado de una foto. LA FOTO. Es decir... ¿Sabéis dónde puto estaba? En el puente. En nuestro puente. El muy cabrón no me había escrito en toda la tarde pero, justo cuando había quedado con mis nuevos amigos, se le ocurría mandarme una foto desde el sitio más importante de mi vida. El puente donde habíamos... donde habíamos empezado lo que fuera que tuviéramos. No va a quedar muy bien lo que voy a decir pero habría querido salir corriendo de ahí y no parar hasta llegar donde estaba él. Dios, quería estar con él tanto. Estaba loco. Estaba rematadamente loco.

- ¿Quién es? – preguntó Albert.

- Nada, nada – dije y guardé el móvil antes si quiera de responderle.

- ¿Preparado para que te pegue una paliza? – bromeó.

- ¿Tú? ¿A quién exactamente? – añadió Celia, sarcástica.

- A todos, por lista – me pasó el brazo por el hombro y así fuimos andando hasta el autobús. Realmente querían ser mis amigos. Al fin alguien se daba cuenta de lo majo que era. Dios, qué flipado quedaba ahí. Pero ya me conocéis. Sabéis que flipado, lo que se dice flipado... pues como que no soy. ¿Debería serlo un poco más? A lo mejor así era todo más fácil. Ser como Pablo. Seguro, sin miedo a nada, sabiendo que allá por dónde vas, la gente se gira para mirarte.

Durante el trayecto en autobús, aproveché para responderle, mientras Albert trataba de que jugáramos a 'pueblo duerme'. Pero vamos a ver, éramos solo cuatro. Era un poco jodido. Empecé a escribir el mensaje pero justo apareció Pablo, conectado, y escribiendo. ¿Hay una sensación mejor que ver a la persona que te gusta (me niego a decir crush) escribiendo? Es decir, te sube un escalofrío por el cuerpo y piensas que le gustas a alguien, que le importas. Ays. Ojalá. Sé que le importo. Venga. A ver qué escribes Pablo. Venga, antes de que yo escriba y te diga que 'te quiero'. No. Otra vez ese pensamiento.

Veo que no te ha hecho mucha ilusión

Dios, dios, dios, dios, dios. ¡Si solo había tardado diez minutos en contestar! Pero lo había dejado en leído. Joder, me estaba odiando mazo. Podía notarlo. Venga, Óscar, escríbele cualquier mierda. Corre. No. Cualquier mierda no. Escríbele algo importante, que se dé cuenta que no contestaste por algo. Pero deja de pensar y actúa, joder. ¡ESCRIBE!

No, no. Joder. Me ha encantado. Es que estaba con Albert y sus amigas.

Pero Óscar, ¿eres gilipollas? ¡Para qué le dices eso! ¡Para qué le hablas de Albert!

AH. Te dejo con tus amigos.

No no, no pasa nada. Podemos hablar.

Pero ya se había desconectado. Vamos. No me jodas. Tío. ¿Se cabreaba por no contestarle al minuto cuando él podía dejarme en leído horas? Claro, pero yo nunca le he dicho nada. Entonces... entonces menuda mierda. MENUDA MIERDA.

- ¡Pero con quién hablas!

- ¿Eh?

Albert me mirada, sonriente, mientras Cris y Celia escribían con sus móviles.

- Nada, nada.

- ¿Nada? Cualquiera lo diría por tu cara, tío.

- Un amigo, que se ha cabreado por no haberle contestado antes...

- ¿Y por qué no le has contestado antes? – preguntó.

- Ay, no sé. Si siempre le contesto super rápido, pero para una vez que se me pira, se cabrea.

Alguien para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora