Epílogo: Óscar (2)

14.4K 1K 765
                                    




- ¡Pasa, pasa! ¡Pasa chico, pasa! – chilló Almudena, rodeando al niño que a punto estuvo de salir corriendo. ¡Normal! Almudena parecía una loca come-niños o algo así. ¡Hasta yo me habría dado la vuelta, joder!

- Lo estás asustando – dije en un susurro.

- Qué va. ¡Tú si que lo asustas! ¡A callar! – me mandó callar. Así, super gratuitamente.

El niño entró tímidamente pero sus amigas se quedaron en la puerta, como vergonzosas, como con miedo de entrar. A ver, normal, también os digo. But whatever. Sorprendentemente, el que se acercó a las chicas fue Pablo. Joder, debían tener unos 11-12 años.

- ¿Queréis entrar? Tenemos chuches y chocolate... - les dijo con una voz super suave y chico, quiero tener hijos con él.

- Solo veníamos a acompañarlo... - dijo una de las niñas y, al momento, se fueron corriendo.

- Joder, y eso que he ido de simpático – bromeó Pablo y entró, cerrando la puerta tras él.

Almu le estaba dando una lata de Coca-Cola al niño mientras todos hacíamos un corro sin saber muy bien qué hacer. Joder, queríamos que viniera alguien y, ahora que había venido, no sabíamos qué decir. ¿Por dónde podíamos empezar? Era complicado, ¿no? No lo conocíamos de nada. Ni él a nosotros. Cris colocó todas las sillas haciendo un círculo mientras Almu sentaba al chiquillo en una de ellas, y los demás fuimos sentándonos también.

- ¿Por qué las colocas así? – preguntó Celia.

- Eh, yo qué sé. Lo he visto en pelis – dijo Cris, encogiéndose de hombros.

Estuvimos en silencio casi dos minutos. Nadie sabía por dónde empezar. Era algo incómodo, casi violento. Pero a lo mejor es que estábamos cometiendo un error: hacernos los adultos. ¿No sería mejor hablar con él como lo hacemos entre nosotros? Es decir, ¿super normal?

- Bueno, vamos a presentarnos. Yo me llamo Óscar.

- Sí, te conozco. Todo el cole te conoce – respondió el niño y mira, fue como un golpe de realidad. Yo no quiero ser famoso.

- ¿Ah sí?

- Tu discurso... y bueno... - señaló a Pablo con la mirada y agachó la cabeza, vergonzoso.

- Yo me llamo Pablo.

- También lo sé – sonrió.

- Joder, estos dos son famosos. Ahora no va a haber quien los aguante – bufó Celia.

- ¡Celia! – gritó Cris.

- ¡Qué!

- Que no digas palabrotas...

- ¿Eh? ¿Por decir joder? Créeme que este niño sabe más palabrotas que todos nosotros juntos, coño – bramó y el niño se rio.

- ¿Tú cómo te llamas? – preguntó Andrés en un tono conciliador.

- Ricardo – respondió tímidamente.

- Hola, Ricardo. Yo me llamo Andrés. Ellas son Celia, Cris, Almudena... y bueno, a Óscar y a Pablo ya los conoces. Solo falta Albert, pero está malo...

- No le hables como si fuera un bebé, Andrés, madre mía – intervino Almudena.

- ¿Eh? ¿Y cómo le hablo? Al menos digo algo.

- Oye, si queréis vuelvo en otro... - empezó a decir Ricardo.

- No, no, para nada. A ver, es que eres nuestro primer... bueno, el primero que viene –admití.

Alguien para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora