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"Me gustas, desde hace tiempo."

Mackenzie apretó el borde de su falda contra sus nudillos con fuerza y desvió su mirada para clavarla en el suelo. No había nadie aparte de nosotros dos y se podía escuchar el viento mecer las ramas de los árboles con fuerza. Kenzie tomó una gran bocanada de aire y me miró directamente, sus mejillas ardiendo en un rosa intenso.

"¿Te gustaría salir conmigo?" Dijo en un susurro.

Metí mis manos en los bolsillos y fruncí los labios sin saber muy bien qué decir a continuación. Había empezado a hacer frío fuera y mis amigos me estaban esperando en la cafetería. Kenzie volvió a mirar hacia el suelo, su largo pelo negro cayendo por sus hombros temblorosos. Me llevé una de mis manos a la nuca y suspiré mirando en dirección a las nubes grises que pintaban el cielo de esa misma tarde de un tono apagado y triste.

"Lo siento." Fue lo único que pude decir.

Kenzie dejó la tela de su falda y se llevó las manos a sus ojos azules, ahora llorosos y brillantes. Solté un gran suspiro y me acerqué a ella para decirle algo más, pero me detuve antes de hacerlo. Le di una suave palmada en el hombro y volví andando hasta la cafetería. Ian y Josh estaban en la misma mesa de siempre hablando animadamente, cuando me vieron llegar me miraron sonrientes. Me senté en la silla de madera sobrante y suspiré una vez más, consciente de las miradas recelosas de mis amigos.

"¿Y bien?" Preguntó Ian.

"La he rechazado." Dije sin más.

"Debes estar bromeando." Murmuró Josh, llevándose ambas manos a las mejillas para exagerar su reacción. "Lo que daría medio instituto para salir con Mackenzie Roth."

"Ya, bueno." Dije encogiéndome de hombros. "Yo soy parte de la otra mitad."

Josh se recostó hacia atrás en su silla y se cruzó de brazos dedicándome una mirada seria y fría. Ian puso una mueca y continuó bebiendo de lo que parecía un batido de frutas. Se creó un largo silencio que duró varios segundos.

"¿Qué queríais que hiciera? No puedo aceptar salir con ella si no me gusta."

"Esa es la cuestión." Dijo Josh. "Es imposible que no te guste Mackenzie. Es preciosa, inteligente y simpática."

Cerré los ojos recostándome hacia atrás y solté un gruñido. "Eres muy pesado, Josh."

"Si tanto te gusta, pídele salir tú." Añadió Ian dedicándome una pequeña sonrisa antes de beber de nuevo.

Las mejillas de Josh se oscurecieron ligeramente mostrando un tono rojizo y desvió la mirada hacia otro sitio. "Hablando de la reina de Roma." Murmuró.

Me di la vuelta discretamente y vi a Kenzie entrando en la cafetería con cuatro chicas a su alrededor animándola. Una de ellas, Annie, me miraba directamente con la mirada más fría que había visto jamás. Me di la vuelta de nuevo y fingí no haber visto nada.

"Annie Doellman te está asesinando desde la distancia, tío." Se burló Ian con una sonrisa. "¿Qué le has dicho a Kenzie?"

"Lo siento."

Ian abrió los ojos como platos y soltó largas carcajadas sujetándose el estómago con los brazos.

"¿Lo siento?" Repitió entre risas. "¿Eres un protagonista de una novela o algo así?"

Sentí mis mejillas arder de la vergüenza. "No sabía qué decirle, y realmente lo sentía." Me justifiqué, pero eso solo provocó que la risa de Ian se intensificara. "Sois los dos unos idiotas, que lo sepáis."

"Vas a ser tema de conversación por un par de días, Max." Me dijo Josh. "No solo has rechazado a Mackenzie, también has hecho enfadar a Doellman. Nadie se hubiese atrevido a hacer esas dos cosas en un día, ni siquiera una de ellas."

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