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Los brazos de Oliver, a pesar de ser delgados, parecían poder cubrir todo el cuerpo de Ted, quien escondía su cabeza en el pecho de Oli para que no le viera llorar.

Oli acarició su pelo revuelto y apoyó su mejilla contra la cabeza de Ted, cubriéndolo prácticamente por completo mientras el otro le acariciaba con dos dedos la zona entre el cuello y la clavícula.

La habitación se había llenado de silencio excepto por la respiración algo entrecortada de Ted, quien hacía el máximo posible para no romper a llorar. Oliver cerró los ojos mientras le abrazaba más fuerte.

— Me echaron de casa — murmuró Ted, su voz temblando en un susurro.

Oliver sintió ganas de salir corriendo hasta la casa de los padres de Ted, pero se quedó quieto en el mismo sitio, suspirando.

— ¿Cuándo?

— Hace tres años.

Oliver frunció el ceño y se separó para mirarle el rostro, pero Ted seguía teniéndolo escondido contra su cuerpo.

— Eras menor de edad.

Ted asintió y sorbió la nariz. No le gustaba hablar sobre su familia, pero había algo sobre Oliver que le hacía sentir relajado, seguro.

— Mis padres querían que estudiara lo típico, medicina o derecho. Pero yo quería hacer diseño.

— ¿Y te echaron por eso?

Oliver escuchó a Ted reírse, pero ninguno de los dos sonreía. Oli empezó a acariciar su brazo en silencio, enfadándose más a cada segundo que pasaba.

— Estuve viviendo con Hugo un par de meses hasta que cumplí los diecisiete y, bueno, ahora estoy aquí.

Oli asintió con la cabeza, dándole a entender que no hacía falta hablar más del tema, hecho que Ted agradeció.

Fue cuando el rubio dejó de llorar que ambos se dieron realmente cuenta de la pose en la que estaban. Ted se había quedado sentado en el regazo de Oli con una pierna a cada lado, sus brazos y cabeza escondidos contra su pecho mientras Oliver lo rodeaba con ambos brazos, acariciándole.

Ted se separó, un ligero rubor en sus mejillas. Oliver tiró hacia atrás y ladeó la cabeza para poder mirar a Ted a los ojos.

— Gracias — murmuró Ted.

Oliver le dedicó una sonrisa, pero Ted seguía mirando hacia abajo, donde sus manos jugaban vergonzosas con las arrugas de la camiseta de Oli.

— ¿Quieres quedarte a dormir? Ya es tarde.

Ted asintió tras pensarlo unos segundos. El ambiente era algo incómodo, pero relajante a la vez. Oliver suspiró volviendo a acercarse a Ted y le apartó un mechón de pelo de la frente.

— ¿Qué te apetece cenar?

~☂️~

Hugo llevaba media hora mirando a su mejor amigo con los ojos medio cerrados, sopesando varias ideas en su cabeza, mientras Ted intentaba comer en paz.

Los dos habían quedado para comer en la cafetería, pero Ted había estado con el ceño fruncido todo el tiempo.

— ¿Ha pasado algo?

Ted suspiró.

— Ayer vi a mi madre.

Hugo resopló mirando al techo y le dio uno de sus nuggets de pollo a Ted, quien soltó una corta carcajada.

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