#3🍰

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El mío es el azul.
¿Tienes buenos apuntes de física?
Voy perdido
~F

Nunca he sido muy bueno en física.
¿Entonces eres un chico?
Tienes letra de chica.
~Aiden

Lo tomaré como un cumplido,
¿Qué quieres desayunar mañana?
~ F

No hace falta que compres más pasteles o acabaré yendo a la escuela rodando.
~Aiden

De acuerdo, ¿entonces prefieres algo salado? Cerca de mi casa hacen unos bocadillos de jamón buenísimos.
~F

No, me refiero a que no quiero que compres nada. No me gusta que la gente gaste dinero en mí.
Prefiero saber quién eres. Dame alguna pista.
~Aiden

Prefiero que no lo sepas.
Que aproveche.
~F

Esa última nota había llegado junto con un bocadillo de jamón envuelto en papel de plata. Cuando Aiden lo cogió, sintió que el pan todavía estaba caliente. A pesar de que quería esperar a la hora del almuerzo, Aiden le dio un bocado y dejó que el calor del bocadillo le invadiese por dentro.

Hacía pocos días que había empezado a hacer frío. Su madre había vendido sus guantes junto con otras cosas para conseguir algo más de dinero, así que sujetar ese pan caliente era lo más cercano que había a taparse las manos para Aiden.

Tras dejarlo de nuevo en la taquilla (si lo guardaba en la mochila, Michael y Tyler se lo quitarían), dejó de nuevo una nota.

Está buenísimo, pero te dije que no me compraras nada más.
Ah, si no quieres contarme quién eres lo descubriré por mi cuenta.
Gracias por el bocadillo, F.
~Aiden

Después de dejar la nota, Aiden se dirigió a clase de física. Desde que había empezado a hablar con ese misterioso F, Aiden se fijaba en la gente que había en su clase. Desde que había empezado a hacerlo, se había dado cuenta de que no conocía ni a la mitad de sus compañeros. Algunos, incluso, pensaba que no los había visto antes.

El primer día, Aiden descartó las chicas, confiando en que al menos F contase la verdad sobre ser un chico. Al segundo día, esperó a que todo el mundo marchara de clase para ver en la lista de alumnos que había en el escritorio de la profesora si alguien tenía un nombre que empezase por F, pero el único que había era Fernando, y Aiden le había visto comerse los mocos en más de una ocasión.

Prefirió descartar esa opción, qué asco.

Ya habían pasado dos semanas y F seguía sin dar muchas pistas sobre sí mismo, así que Aiden decidió pedir ayuda.

— Ni de broma — dijo Camila.

— ¿Por qué?

— No pienso ayudarte a descubrir quién es esa persona. Seguramente son Michael y Tyler queriéndose burlar de ti.

Aiden frunció el ceño.

— Ya, claro, porque traerme el desayuno todos los días es una buena forma de burlarse. . .

— Ya sabes que son capaces de hacer cualquier cosa — dijo Camila sin levantar la mirada de sus apuntes.

Aiden odiaba cuando Cami hacía eso, hablar sin estar realmente en la conversación. Le daba la sensación de estar hablando con una pared.

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