#3🍊

3.4K 272 138
                                        

Ya eran las once de la mañana y Alex todavía seguía dormido. Mi madre me había echado una buena bronca, y más aún después de haber traído a un 'amigo' sabiendo lo mucho que odia que traiga gente a casa.

"No me gusta que traigas a tus amigos, y menos aún si están borrachos." Me dijo cuando la vi por primera vez esa mañana. "No quiero que te juntes con gente así."

"Buenos días a ti también, mamá." Gruñí mientras abría la nevera para preparar un vaso de agua. "¿Dónde están las pastillas?"

"¿Cuánto bebiste anoche?" Preguntó, haciendo caso omiso a mi pregunta. "Estoy harta de que vengas tan tarde por las noches, y encima bebido. A tu edad, debería darte vergüenza."

Sonreí cínicamente. "Por muy increíble que te parezca, no bebí en absoluto. Siéntete orgullosa."

"A mí no me hables así, Maxwell Andrew Cline." Dijo con el mismo tono autoritario de siempre.

"Yo te hablo como qui..."

"Buenos días, familia." Interrumpió Mark saliendo de su habitación y bostezando. "Veo que ambos os habéis levantado con muchos ánimos."

Mark se acercó a la nevera y me empujó con la cadera para hacerse paso y coger la leche. Abrió el tapón y, a la vez que abría un cajón y sacaba una caja de pastillas, empezó a beber directamente del cartón.

"¡Mark!" Chilló mi madre quitándole la leche de las manos. "¡Los vasos existen para algo!"

"Relájate, mamá..." Bromeó Mark mientras me pasaba la caja de pastillas, me guiñó un ojo y siguió peleando con mi madre.

Sonreí en agradecimiento y volví a mi habitación con el vaso y una pastilla. Alex se había levantado, seguramente por los gritos de mi madre, y se estaba frotando la frente con ambas manos.

"Hey." Le saludé, flojito. "Toma."

Alex tendió su mano para coger el vaso y se tragó la pastilla. Dejó el vaso vacío encima de la mesita y respiró profundamente. Un par de segundos después, alzó la mirada y me miró extrañado.

"¿Cómo he llegado aquí?" Preguntó con la voz ronca.

"Bueno... Nos encontramos en el baño y tú ibas increíblemente bebido. Vomitaste y como Kenzie no contestaba al móvil te traje aquí."

Alex tenía pinta de no haber escuchado nada. Soltó un gruñido llevándose la mano a la cabeza y me miró otra vez.

"¿Dónde está Mackenzie?"

"Un amigo la llevó a casa junto a Annie Doellman."

Saqué mi móvil del bolsillo y le enseñé el último mensaje de su hermana:

Mackenzie Roth [¡Gracias por ayudar a Alex! Y lo siento por las molestias... Ian nos ha traído a casa. Gracias de nuevo y... Lo siento, de nuevo😅] ~ 03.52 a.m.

Alex leyó el mensaje un par de veces y asintió con la cabeza. De repente, frunció la nariz y me miró asqueado.

"¿Qué es ese olor?" Murmuró.

Puse una mueca intentando no reírme.

"Ese olor eres tú."

"Qué asco." Dijo mirándose. "...y esta ropa no es mía."

"Es uno de mis pijamas. Tu ropa se está lavando."

"¿Puedo ducharme?"

Dudé un par de segundos antes de contestar. Si dejaba que Alex se duchara, mi madre se enfadaría todavía más.

Gay Short StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora