"La madre de Owen entró en la habitación y les dejó una bandeja llena de galletas encima del escritorio.
— Gracias, mamá — dijo Owen, y volvió a poner su atención al juego.
Luke y él estaban jugando a un videojuego nuevo y, como siempre, habían hecho una apuesta para ver quién ganaba al mejor de tres partidas. Normalmente ganaba Owen, pero ese día Luke llevaba ventaja.
Pero Owen tenía una excusa para estar perdiendo, y es que cada dos por tres se distraía al mirar a su amigo. Luke siempre sacaba la lengua cuando se concentraba y susurraba insultos cuando algo le salía mal. Por algún motivo, Owen encontraba mirarle jugar mucho mejor que cualquier videojuego.
— Owen — murmuró Luke —, vamos. Te estoy ganando de paliza.
Owen volvió a centrarse en el juego, pero perdió de todos modos. Los dos chicos guardaron los mandos y cogieron la bandeja de galletas para llevársela a la cama, donde se sentaron uno delante del otro.
— ¿Estás bien? — le preguntó el moreno —. Estabas distraído.
Owen sintió sus mejillas arder. Hacía bastante que había empezado a sentirse así cuando estaba con Luke, pero cada vez le costaba más esconderlo. Solamente estar en la misma habitación hacía que sus brazos y piernas temblaran con ganas de abrazarle. Y besarle.
Owen apartó la mirada y cogió una galleta para distraerse.
— Estoy bien, supongo que estoy cansado.
— Bueno, pero he ganado igualmente — murmuró Luke cogiendo su segunda galleta.
Owen puso los ojos en blanco y sonrió.
— ¿Qué quieres de premio?
Luke descartó la idea de pedirle un beso, pues sabía que el rubio le diría que no y todo cambiaría entre ellos. Pero, a pesar de que no iba a decirlo, se permitió a sí mismo imaginarlo.
— Me comeré todas las galletas que quedan — dijo finalmente.
— ¿Ya está, solo eso? — preguntó el rubio, y Luke se dio cuenta de que parecía decepcionado. Intentó no pensar mucho en ello.
Owen a veces deseaba que le pidiera besarle. Pero sabía que nunca sucedería.
— Vale, todas para ti.
Luke se comió cuatro de las cinco que quedaban, consciente de que Owen no dejaba de mirarle. Ninguno dijo nada, pero tampoco era incómodo. A ambos les gustaba esa sensación. Estar sentados en la cama, mirándose, con el aire fresco de otoño entrando por la ventana. Owen cerró los ojos. Luke se detuvo a mirarle.
— ¿Qué haces? — susurró el moreno, por si le molestaba que hubiese roto el silencio.
— No quiero ver cómo te comes la última galleta — bromeó Owen.
Luke miró la galleta con virutas de chocolate que quedaba en la bandeja y la cogió. Una idea le vino a la cabeza.
— Puedes comerte la mitad, si quieres — dijo, y cogió la galleta con la boca por un lado.
Cuando Owen abrió los ojos, su corazón dio un vuelco. Luke tenía la galleta entre los labios, sonriendo, y le miraba con la cabeza ladeada esperando a que cogiese la otra mitad.
Pero, cuando Owen quiso cogerla, Luke apartó la cabeza hacia atrás. El rubio lo intentó varias veces, pero Luke siempre se apartaba.
— ¿Me la vas a dar o no?
Luke asintió, entonces su mirada cayó en los labios del rubio, que sintió que el aire en la habitación desaparecía.
Ninguno de los dos dijo nada, pero a la vez se lo dijeron todo. Owen sentía su corazón palpitar en sus oídos a medida que se acercaba a Luke, que había enrojecido rápidamente al ver que su idea se estaba cumpliendo. Owen abrió ligeramente los labios y mordió el otro extremo de la galleta, comiéndose un trozo.
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Gay Short Stories
Cerita PendekHistorias cortas LGBT de pocos capítulos. Se pueden leer desordenadas💛 Advertencia: este libro está lleno de clichés!!😂✨ Espero que os gusten👑 (Estas historias no son hot ni buscan sexualizar las relaciones lgbt. Son historias cortas con diferent...