#4🍰

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Cuando la puerta se abrió, Aiden sintió un escalofrío recorrer su espalda. Tyler le miraba sin ninguna expresión desde la entrada de su casa, todavía con el pijama puesto.

- Hola - saludó Aiden.

Tyler soltó un resoplido y se apartó para dejarle pasar. Aiden se quedó quieto en el porche durante varios segundos, no podía parar de pensar que si entraba en esa casa nunca más saldría.

- Entra de una vez - le dijo Tyler -, hace frío.

- Ya, perdona. . .

Una vez dentro, Aiden miró a su alrededor. En su mente, la casa de Tyler era oscura, de paredes negras y con clavos saliendo de las puertas y el suelo. En la realidad, la casa estaba bien iluminada, era de colores cremosos y lisos y había un ambiente agradable.

- Estudiaremos en mi habitación - dijo Tyler -. Arriba a la izquierda.

Aiden volvió a sentir un escalofrío. Hasta ese momento, no había escuchado sonidos en la casa por parte de otras personas. Siendo un sábado por la tarde, uno pensaría que los padres de Tyler estarían en casa para vigilar que no le asesinaran, pero no parecía haber nadie más a parte de su compañero de clase en pijama.

Cuando llegaron al piso de arriba, Tyler entró en su habitación sin esperar a que Aiden le siguiera. Cuando éste entró, Tyler ya estaba estirado en su cama mirando su portátil.

- Puedes sentarte en la silla o en la cama - le dijo -, pero no toques nada.

Aiden frunció los labios y decidió sentarse en la silla. Tyler no dijo nada mientras miraba la pantalla de su portátil.

- Bien - dijo finalmente mirando a Aiden -. Tenemos que hacerlo rápido, tengo cosas que hacer.

Yo tampoco es que tenga muchas ganas de estar aquí, pensó.

- Yo también tengo prisa - dijo Aiden -. He quedado con alguien.

Tyler le miró con ambas cejas alzadas, pero no dijo nada. Ambos estuvieron trabajando durante dos largas horas, compartiendo alguna que otra palabra de vez en cuando. Aiden intentaba no moverse mucho, pues le daba la sensación de que si tocaba algo o respiraba más de lo normal, Tyler se le tiraría encima.

Estaba demasiado nervioso como para estudiar. Tenía la garganta seca.

- Oye, Tyler - empezó Aiden, dudoso. El moreno levantó la mirada con pasividad -. Necesito. . . Bueno, ¿podrías. . . traerme un vaso de agua?

Tyler asintió con la cabeza y dejó el portátil encima de la cama antes de marcharse. Aiden le miró confundido mientras le veía salir de la habitación, extrañado de ver que Tyler no le había mandado al carajo.

Unos minutos más tarde, la puerta de la habitación se abrió y una niña de unos ocho años entró sin decir nada. Aiden la miró con una sonrisa.

- ¡Hola! No sabía que Tyler tenía una hermana. ¿Cómo te llamas?

La chica sonrió y movió ambas manos, pero no dijo nada. Aiden frunció el ceño, pero continuó hablando.

- Soy un compañero de clase, me llamo Aiden.

La chica abrió los ojos de par en par y movió ambas manos todavía más rápido. Fue entonces cuando Aiden comprendió que la chica era muda.

- Oh, ehm. . . ¿Puedes leerme los labios?

La niña asintió con una sonrisa.

- ¿Cómo te llamas? - volvió a preguntar.

La chica miró a su alrededor y cogió un lápiz que había encima del escritorio. En un papelito, escribió el nombre "Noa". Una vez escrito, le dio la misma respuesta a base de signos. Aiden sonrió.

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