Mi madre se había vuelto a enfadar conmigo. En medio de la cena, sin decir nada, me había levantado de la mesa y me había marchado. Eso, según mi madre, era un comportamiento imperdonable en un príncipe. Esta vez, sin embargo, yo también me había enfadado.
Generalmente, todos los temas relacionados con mi futuro me daban igual. Sabía que sería rey, tendría una bella reina a mi lado, una mujer fuerte y hermosa, y tendría hijos a los cuales no les haría caso porque "tenía que cuidar de mi reino y no tendría tiempo". Todo estaba planeado desde el día en que nací. Aún así, no me esperaba que a pocos días de cumplir los dieciocho mi madre soltase semejante bomba en medio de la cena.
— La familia Carlton llegará dentro de unos días al castillo.
Me llevé un trozo de salmón marinado a la boca y me encogí de hombros. Mi madre frunció los labios ante mi gesto, molesta.
— Lady Violet también vendrá, claramente — dijo sonriendo de nuevo —. Ya es una muchacha hermosa e inteligente. Toda una mujer lista para casarse.
Sentí una espina clavarse en mi garganta. Tosí cogiendo el vaso de agua y al instante tres sirvientes se acercaron corriendo a mí para ayudarme. Les detuve con la mano y esperé a que la sensación se marchase.
— ¿Lady Violet? — pregunté —. Me temo que no recuerdo su cara, la conocí cuando ambos éramos niños.
Mi padre seguía comiendo sin decir nada. Era increíble el don que tenía para pasar desapercibido en las conversaciones de familia. Mi hermano pequeño, a penas capaz de usar el tenedor y el cuchillo, tampoco nos hacía caso. De los dos, él era el que se parecía más al rey.
— Bueno, pues hazme caso, está muy bonita — dijo mi madre con un tono más agudo de lo normal. Estaba ansiosa —. Me pregunto cómo serán vuestros hijos...
Toda la sala se quedó en silencio excepto por el leve chirrido del candelabro que colgaba del techo. Pude ver en el rostro de mi madre que luego pediría que le pusieran aceite y lo arreglasen. Toda una perfeccionista.
— ¿Hijos? — pregunté.
Mi madre asintió con una sonrisa.
— Claro, ¿por qué crees que vienen? — soltó una risa aguda y exagerada —. No íbamos a casaros así de la nada, primero será mejor que la conozcas un poco y...
No quise escuchar nada más y me levanté de la silla. Mi madre cogió aire, escandalizada, y se llevó una mano al pecho.
— Gracias por la cena — dije, y me marché corriendo hasta llegar al laberinto de setos.
Había estado tan ocupado pensando que sería mi futuro que no me había dado cuenta de que faltaba poco para que fuese mi presente. Solamente me quedaban cinco meses para tener dieciocho, y era obvio que mi madre había buscado una mujer para casarse conmigo a mis espaldas.
Pateé un arbusto y dejé escapar un par de lágrimas. La luz de la luna lo iluminaba todo de un color azul pálido. No se escuchaba nada más que el sonido del viento y mis sollozos. Entre las ramas, reconocí un par de zapatos agujereados. Dejé de llorar.
— ¿Julian? — pregunté en voz alta.
El chico salió entre los arbustos y me sonrió. Llevaba una ropa diferente, limpia, y el pelo peinado hacia atrás en una coleta. Su cara ya no estaba sucia, y pude ver que sus ojos eran de un color grisáceo.
— ¿Qué haces aquí? — pregunté, y apunté sus pies con mi dedo —. ¿Y mis botas?
Julian sonrió y sacó un saco de su bolsillo. Eran monedas. Las había vendido. Solté una risa sorda y negué con la cabeza.
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Gay Short Stories
Short StoryHistorias cortas LGBT de pocos capítulos. Se pueden leer desordenadas💛 Advertencia: este libro está lleno de clichés!!😂✨ Espero que os gusten👑 (Estas historias no son hot ni buscan sexualizar las relaciones lgbt. Son historias cortas con diferent...