#2🍰

1.7K 175 49
                                        

Aiden se quedó quieto mirando la pequeña caja con el pastel durante varios segundos. Lo primero que pensó, incluso antes de pensar en la buena pinta que tenía, fue que seguramente era una trampa de Michael o de Tyler. Seguramente le habían metido algo en el pastel para hacerle vomitar.

Luego pensó en la notita. F. Esa era la única pista que tenía. La mala noticia era que no conocía a nadie cuyo nombre empezase con esa letra.

Aiden pensó en varias posibilidades. La primera, comunicarle al director que alguien sabía la clave para entrar en su taquilla y quería cambiarla. La segunda, coger el pastel y comérselo con el riesgo de una muerte dolorosa y lenta. La tercera, coger el pastel y lanzarlo a la basura pero con la posibilidad de perder la oportunidad de comer un dulce después de mucho tiempo sin comer uno. O la última, cerrar la puerta y fingir que nada había pasado. Aunque esa tampoco era muy inteligente, porque con el tiempo su taquilla empezaría a oler mal.

Así que Aiden se decidió por coger el pastel e ir en busca de Camila.

Cuando llegó al comedor, un escalofrío le recorrió la espalda entera. Nunca se atrevía a estar ahí, pues sabía que Michael y Tyler se sentaban en todo el centro de la sala y le verían. Pero hoy ya le habían quitado el almuerzo así que, en teoría, estaba fuera de peligro.

Cuando vio a Camila sentada al lado de sus amigas, dudó un momento sobre si debería molestarla o no. Cuando ella se dio cuenta de que Aiden la estaba mirando, sin embargo, le sonrió sorprendida y le hizo un gesto para que se acercase, así que eso hizo.

- ¿Qué haces por aquí?

- ¿Has sido tú? - dijo, directo al grano.

Cami frunció el ceño.

- El pastel - aclaró, y le enseñó la caja -. ¿Has sido tú?

Cami le cogió la caja y la abrió. Al ver el pastel, sus ojos y boca se agrandaron ahogando un grito de emoción.

- ¿Me das un trozo?

- ¿Entonces no has sido tú?

- No - dijo encogiéndose de hombros -. Además, sé que tu favorito es el de Red Velvet, no el de chocolate.

- No lo toques - dijo Aiden quitándole la caja -. Me lo he encontrado en mi taquilla.

Cami volvió a fruncir las cejas.

- ¿Dentro de la taquilla?

Aiden asintió.

- Tíralo, y díselo al director. Si saben la forma de abrir tu taquilla empezarán a meter y quitar cosas.

- Hablas como si supieras quién ha sido.

- Creo que es bastante obvio, seguro que tú ya lo has pensado - dijo mirando de reojo a la mesa del centro -. No te lo comas, Aiden. A saber qué le han metido.

Aiden suspiró y tiró el delicioso pastel a la basura. Antes de sentarse de nuevo con Camila, vio que ambos Michael y Tyler le miraban sin ninguna expresión en su rostro.

- No les hagas caso - le dijo Cami partiendo su bocadillo por la mitad -. Toma, compartimos.

- Gracias, Cami. . .

~•♪•~

Cuando Aiden abrió la taquilla el siguiente día, encontró otra caja con una nota encima. Aiden se llevó una mano a la cara y suspiró, se le había olvidado comunicarle al director que alguien había conseguido la clave de su taquilla. Esta vez decidió leer la nota primero.

Te vi tirar el de ayer, prometo que no está envenenado.
Creo que el de hoy te va a gustar más,
Que aproveche,
~F

Aiden leyó la nota varias veces. Las letras estaban hechas con mucho cuidado y en cursiva. Si tuviese que adivinar, Aiden juraría que eran de chica. Pero Cami ya le había dicho que no era ella (además, Cami tenía una letra muy desordenada) y Aiden no hablaba con ninguna otra chica.

Antes de mirar dentro de la caja, Aiden vigiló que Michael o Tyler no estuvieran en algún rincón mirándole de reojo. Al ver que no había nadie, Aiden abrió la cajita lentamente y sintió que la boca se le hacía agua.

Era un trocito de pastel Red Velvet, su favorito.

Aiden se mordió el labio, dudoso. Quizás la primera vez le hubiese extrañado que fuese en serio, pero Michael y Tyler no tenían tanto tiempo libre como para ir comprando pasteles cada día solo para molestarle, les bastaba solamente con su presencia. Por lo que Aiden decidió coger un trocito con sus dedos y llevárselo a la boca.

En pocos minutos, ya no quedaba nada dentro de la cajita.

Cuando terminó, Aiden esperó unos minutos para ver si le entraban ganas de vomitar o su vista empezaba a verse borrosa, pero no ocurrió nada. Su cuerpo seguía igual, su estómago intacto y en su boca le había quedado el gusto dulce del pastel. Cuando Aiden volvió a mirar la nota, se preguntó cómo darle las gracias a la persona misteriosa.

Entonces pensó en la taquilla. Quizás, si esa persona volvía al siguiente día, podría dejar una notita en agradecimiento para que la encontrase dentro.

Aiden sacó con prisa un bolígrafo de su mochila y arrancó un trozo del papel de su libreta. Después de pensarlo cuidadosamente, escribió:

Muchísimas gracias por el pastel. Siento haber tirado el de chocolate.
¿Cómo has conseguido entrar en mi taquilla?
~ Aiden

Cuando terminó de escribirla, se preguntó si escribir su nombre era buena idea. Luego se dio cuenta de que la otra persona ya sabía quién era, así que dejó la notita en la taquilla y la cerró con una extraña sensación de nervios recorriéndole el cuerpo.

Las últimas horas de clase pasaron, y ni los insultos de Michael ni las miradas de Tyler pudieron fastidiarle el día.

Cuando Aiden regresó a la taquilla para guardar los libros antes de marcharse a casa, se dio cuenta de que había un papelito azul dentro.

¡Me alegro de que te haya gustado!
No pienso decirte mi secreto, prefiero que intentes adivinarlo.
¿Cuál es tu color favorito?
~F

Aiden sonrió algo confundido al leer la nota. ¿Cuál era su color favorito? Aiden lo leyó varias veces, extrañado, y volvió a coger el boli de su mochila.

¿Has hackeado la información del instituto, quizá?
Mi color favorito es el amarillo, ¿y el tuyo?
~Aiden

_____
¡Hasta aquí el segundo!
¿Os está gustando?
.
.
.
🏳️‍🌈¡Nos leemos en el próximo!🏳️‍🌈

Gay Short StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora