Cuando Aiden se levantó esa mañana, imaginó que su día transcurriría como cualquier otro. Se puso una de sus más que usadas camisetas, sus queridos pantalones tejanos con un agujero en la rodilla derecha y los zapatos que sus abuelos le habían regalado hacía tres Navidades.
Cuando bajó las escaleras para llegar a la cocina, dio un salto para evitar el último escalón, que todavía chirriaba desde que su primo se cayó a los cinco años. Al entrar, su madre ya le esperaba con una sonrisa sentada en la mesa.
- Qué guapo vas hoy - le dijo -. Toma, te he hecho uno de salchichón. Wendy nos ha traído un poco del suyo.
Aiden miró el bocadillo y sintió que su boca se le hacía agua. Se imaginó comiéndoselo en la hora del patio, sentado en uno de los bancos que había en la zona trasera de su instituto.
Ojalá pudiese darle un solo bocado.
- Gracias, mamá - dijo, y guardó el bocadillo en la mochila antes de marcharse -. Adiós.
Aiden dejó su casa atrás y empezó a bajar por la calle principal hasta llegar a su instituto. Cuanto más se iba acercando, más sentía los nervios invadirle el cuerpo. Quizás, con suerte, no se encontraría a Michael hasta la hora del patio.
- ¡Aiden!
Cami le saludó desde la entrada, una sonrisa plantada en sus labios mientras movía su brazo de un lado a otro sin parar. Aiden sonrió al verla y se puso a caminar más rápido hasta llegar hasta ella.
- Buenos días, Cami.
Camila sonrió y se llevó un mechón de su pelo detrás de la oreja antes de ponerse a andar a su lado hacia su primera clase. Mientras recorrían los pasillos, Aiden apretó los tirantes de su mochila y no despegó su mirada del suelo.
- Mi madre me ha dicho que os ha dado un poco de embutido esta mañana - dijo Cami cuando entraron en su primera clase -. Está buenísimo, nos lo trajeron mis abuelos de su viaje. Desde que se jubilaron no paran de traernos cosas.
Aiden sonrió y ambos entraron en su primera clase. Antes de sentarse, miró a su alrededor deseando no ver a Michael en su sitio. Por suerte, ese día también había decidido hacer campana.
Justo cuando alejó la silla de su escritorio para sentarse, alguien tropezó con su pierna y tambaleó hacia delante dejando caer sus libros. Aiden sujetó a Wade del brazo para evitar que cayese y le ayudó con sus libros.
- Joder, qué susto me he dado. Gracias, Aiden - dijo Wade antes de marcharse hacia su sitio.
Aiden se sentó al lado de Camila y abrió su libro, contento de saber que no vería a Michael hasta la hora del patio.
~•°•~
Aiden estaba cerrando la puerta de su taquilla cuando alguien le empujó contra ésta provocando que su frente se diese un ligero golpe contra el hierro verde. Aiden dejó escapar un gruñido y suspiró antes de darse la vuelta para encarar a Michael.
- Hola, Gayden - le saludó, el lateral de sus labios torciéndose hacia arriba -. ¿Qué me has traído hoy?
Michael le arrancó la mochila de las manos y abrió la cremallera. Dejó caer todo lo que había dentro hasta que el bocadillo envuelto en papel tocó el suelo. Michael sonrió agachándose para cogerlo y le dio un par de golpecitos en la cabeza a Aiden.
- ¡Gracias, Gayden!
Aiden se agachó para recoger las libretas y lápices que habían caído al suelo. Antes de hacerlo, sin embargo, alguien le dio una patada a su mochila, tirándola a varios metros de distancia. Michael se rió al ver llegar a Tyler, que sonreía como si chutar una mochila fuese algo increíble. Aiden les vio marcharse pasillo abajo y suspiró antes de ir a buscar su mochila. Cuando alzó la cabeza, vio que Tyler le daba una última mirada antes de morder su bocadillo.

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Gay Short Stories
Storie breviHistorias cortas LGBT de pocos capítulos. Se pueden leer desordenadas💛 Advertencia: este libro está lleno de clichés!!😂✨ Espero que os gusten👑 (Estas historias no son hot ni buscan sexualizar las relaciones lgbt. Son historias cortas con diferent...