|La Caída Libre.

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Seokjin tenía los puños cerrados, mientras intentaba controlar su respiración. Una furia creciente en su cuerpo comenzó a tomar valentía, ahí en su tormenta. Yoongi contempló cada acción que tenía, desde la saliva pasando por su cuello hasta el pestañeo nervioso.

Sus manos se abrieron doblándolas un poco y se levantó de la mesa. Eufórico, molesto, hizo la silla hacia atrás. Yoongi se levantó al instante al ver la acción, con el ceño fruncido y los labios entreabiertos, un reflejo de tristeza, preocupación.

—¿Jin? —preguntó con angustia. Pero él no respondió, se alejó dejando el lugar. Sus ojos ardiendo, y su garganta atravesada lo llevaron al auto estacionado. Yoongi corrió tras el sujetando su brazo—, ¿dónde vas? —Seokjin sacó su agarre bruscamente haciéndolo para atrás, el azabache se quedó quieto.

—¿Sabes dónde está mi madre? —cuestionó Jin a su chofer y guardaespaldas.

El hombre titubeó al verlo tan molesto—En la mansión, joven Kim —dijo con las manos juntas.

—Bien, llévame allá —le indicó. El hombre abrió la puerta dejándolo entrar y Jin dio una última mirada a Yoongi antes de fruncir sus labios para desaparecer tras esta.

Si Yoongi hubiera sido más valiente, tal vez hubiera dicho algo. Pero en el fondo, una parte de él se sentía culpable, por esos sus pies se habían pegado al cemento. Tardó en reaccionar, no fue hasta que vio el auto comenzar a andar, que supo el error que cometió. Dejar a Seokjin solo con esa furia en sus venas sin siquiera decirle algo más, explicarle.

Se sintió en pánico mientras lo veía alejarse. Un choque de alerta le llego, Yoongi alzó su mano corriendo cerca de la terminación de la vereda. Y un taxi se detuvo. Al menos debía intentar detener un poco el desastre. Mientras el pelinegro de labios gruesos y lentes intentaba pensar, a la vez que mandaba un mensaje a Jungkook claro y conciso "Hay problemas, tuve que irme. Estaré en la mansión, por favor cuando lo decidas, ve al departamento. Estaré bien"



Iba a decir lo que tenía en su mente.



Seokjin bajó del auto de golpe. Sin importarle siquiera el que ya no soportaba estar en esa mansión. La furia le cegaba y solo estaba concentrado en ese sentimiento austero. Por eso con su entrecejo fruncido y la mandíbula tensa se dirigió a la puerta golpeando con fuerza desmedida.

La ama de llaves Eunjung abrió rápido por tanta urgencia que los golpes demostraban, entonces observó sorprendida al joven de lentes que yacía ahí parado. Sin entender su presencia entreabrió los labios.

—Joven Kim...—dijo siendo interrumpida por el mismo. Seokjin pasó provocando que esta se hiciera a un lado.

—¡Mamá! —exclamó con furia mirando hacia las escaleras. Sus pies lo llevaron hasta el comedor sin ver nada—, ¡mamá! —volvió a gritar dando una media vuelta para volver a la recepción.

HIDING; [YOONJIN + TAEJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora